William Santana | La ONU y Venezuela

Esta semana transcurrió el evento de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Cerca de doscientos dignatarios, presidentes, jeques, ministros y otras altas autoridades se reunieron en Nueva York para tratar asuntos como los conflictos en el Medio Oriente, la invasión de Rusia a Ucrania, el cambio climático, el recién adoptado Pacto del Futuro y el caso del fraude electoral en Venezuela.
Se escucharon las voces de Estados Unidos, Chile, Paraguay, República Dominicana, España, Guatemala, Argentina, Panamá, Italia, Guyana, Uruguay, El Salvador y Costa Rica entre otros. La declaración del G-7 y los 30 países que adoptaron un importante documento en la convocatoria del Departamento de Estado norteamericano, incluyendo la Unión Europea, emplazando a Maduro a detener las violaciones a los derechos humanos, liberar los presos políticos y dar cuenta de los resultados electorales del 28-J. Importante la declaración de Anthony Blinken de “pasar de la declaración a la acción”. Igualmente precisó que se hace necesaria una acción conjunta para resolver la crisis en Venezuela.
Notable el silencio de Lula y las desafortunadas declaraciones de Petro y Xiomara Castro victimizando al régimen de Maduro, así como sus ausencias, México incluido, en la reunión convocada por Blinken. Muy mal parados quedan esos gobiernos ante la comunidad interamericana y sus propios pueblos al eludir el tratamiento de la crisis política más grave que sucede en la región.
Por otra parte, el canciller venezolano hizo un triste papel, iniciando con su voto negativo en la reunión de alto nivel para aprobar el Pacto del Futuro. Alineado a Rusia y otros pocos estados actúo en contravía de las aspiraciones de la comunidad internacional. Su discurso retrógrado, plagado de falsedades y con el ya cansino antiimperialismo lo realizó en una sala casi vacía. Sus reuniones bilaterales fueron con países que no tiene relevancia alguna para nuestra política exterior, salvo las realizadas con Brasil y Colombia para asegurar esa “neutralidad benevolente” que mantienen en cuanto al reconocimiento del ganador en las elecciones.
A partir de estos eventos se crea un punto de inflexión en nuestra crisis, tal como lo expresó la líder María Corina Machado. La necesaria y anhelada concertación de acciones de la comunidad internacional abre un nuevo camino que aunada a las manifestaciones del pueblo venezolano tanto fuera como dentro del país, colocan al régimen en una posición débil en su casi total aislamiento internacional y el rechazo del ochenta por ciento o más de los venezolanos.
Por otra parte, debemos reconocer la labor extraordinaria que de manera ejemplar han llevado a cabo quienes se encuentran en el exterior, tanto de manera individual, como a través de diversas y prestigiosas asociaciones. Sus nobles acciones en favor del retorno a la democracia tendrán el mayor de los reconocimientos en su debido momento. Nuestra lucha continúa ahora más que nunca.
El autor, William Santana, es un diplomático de carrera, quien formó parte de los profesionales que servían dignamente en la Venezuela democrática.
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Editado por los Papeles del CREM, 4 de octubre del año 2024. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca. [email protected] |