El diario plural del Zulia

Leandro Rodríguez | ¡Robaremos y venceremos!

Venezuela cayéndose a pedazos, con un régimen ilegal, ilegítimo, acusado por la CPI, con obscenos y flagrantes hechos de corrupción, con la peor inflación del planeta, servicios públicos al borde de colapsar fatalmente, un régimen en cuyas manos se perderá el Esequibo por su inacción y permisividad... Nos preguntamos ¿Dónde está la oposición? Una oposición real estaría dándose banquete, pero los que figuran hoy como tal solo están pendientes de recibir algo a cambio, tras pactar elecciones ilegales.

En 2016 Jorge Giordani, mano derecha de Chávez, denunció que "se habían perdido" 300 mil millones de dólares, lo más triste es que han pasado más de 7 años sin ninguna investigación ¿Cuánto más se habrá "perdido"? ello nos conduce a la única reflexión posible “No es el bloqueo", no son "las sanciones", es la corrupción más atroz que la humanidad haya conocido.

El chavismo ha significado para el país la pérdida de la soberanía, de la independencia, la dilapidación (por robo) de nuestras riquezas, nos ha marginalizado social y culturalmente, ha fracturado las familias, ha sido la desvenezolanización de Venezuela. A toda esta desdicha, se suma la inminente pérdida del Esequibo, de nuestro territorio ¡Ni los españoles en casi 300 años nos hicieron tanto daño como el chavismo en estos 24!

Aumentar la Unidad Tributaria, es decir, meterle la mano más profunda en los empobrecidos bolsillos de los venezolanos en época de escándalos históricos de corrupción es un acto de cinismo e irrespeto, pero ha sido la forma de conducir el país, “revolucionariamente”.

Se libra una presunta lucha anticorrupción, y enfatizamos “presunta” porque caen solo los periféricos y no los chivos grandes ¿Cómo justificar que todo el entorno de El Aissami está inmerso en actos ilícitos, pero él no? Por otra parte, el fiscal general, nombrado por la “constituyente”, se niega rotundamente a mencionar nombres de chivos pesados cuando en situaciones en que involucran a figuras opositoras en delitos, sin juicios ni debido proceso, hace del conocimiento público nombres, apellidos de los implicados, así como de familiares y allegados, en fin, tristemente, no hay elementos de convicción que nos permitan inferir el país saldrá ganando.

Para tragedia del castrismo venezolano, han calculado mal, algunos de los acusados por corrupción decidieron entregarse y hablar, pero no aquí en Venezuela, sino ante la justicia estadounidense, en un claro mensaje de “¡Si me entregaste yo te entrego!” En temas de robo de nuestras riquezas apenas comenzamos a ver los primeros capítulos de la “gran corrupción”, así llaman los estudiosos mundiales de este flagelo a la corrupción chavista.

El chavismo ha sido su propio enemigo, no ha tenido enemigos externos, se han autodestruido. Sus grandes errores han sido no haber inmunizado a Pdvsa contra su propio veneno (corrupción y desidia). La “constituyente” 2017 que le costó los últimos vestigios de legalidad/legitimidad mostrando al mundo su dantesca ferocidad. Finalmente, emprender una lucha anticorrupción cuando ella está en su ADN, comenzaron esta “lucha”, opinamos, con la finalidad de realizar una poda interna, sacrificar a unos cuantos “incomodos”, lo cual se les escapó de las manos, con resultados aún no previsibles, pero sin lugar a duda catastróficos.

El oscurantismo venezolano no da tregua. Por su mal proceder el régimen recibe ataques foráneos y desde sus cimientos, hoy solo puede agradecer una cosa, tener la peor oposición del mundo que es la única que no lo ataca… a estas alturas, es una osadía llamarla oposición.

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