Eugenio Montoro | El post triunfo, aún más dificil
Durante una buena tertulia de amigos, salió el asunto de las muchas dificultades que tendrá el nuevo gobierno democrático para funcionar. Ese me pareció un buen tema sobre el cual opinar y hacia allí van estas líneas.
El camino es largo y estamos casi al comienzo. Lo primero que tenemos enfrente son las elecciones primarias para elegir un único candidato a la presidencia. Ya pronto se va a conformar el grupo conductor de ese proceso y muchos acuerdos importantes ya se han logrado. También tenemos un buen número de candidatos, pero es muy probable que se reduzcan considerablemente mediante acuerdos entre ellos mismos.
Dispondremos en las primarias de unos ocho meses para que cada candidato recorra el país buscando simpatías y votos, pero, y esta vez es una gran diferencia, sin hablar mal los unos de los otros pues la idea es que luego que se seleccione el candidato o candidata unitario, todos los demás cerrarán filas para apoyarlo. En teoría es una promoción de la figura del candidato y no la del partido que lo respalda, por lo que se espera sea una campaña muy seria y comedida y llamando siempre a la unidad.
Una vez seleccionado el único candidato opositor a la presidencia, se iniciará una campaña electoral con toda la fuerza de la sociedad civil y todos los partidos políticos de oposición. La movilización social es crucial, no solo para ganarle las elecciones al candidato rojo, sino, además, para cobrar la victoria. Estos tipos han demostrado pocos escrúpulos a la hora de hacer trampas y los ciudadanos tenemos que estar decididos a exigir en la calle, y a lo bravo, el reconocimiento de nuestro triunfo.
El nuevo presidente deberá juramentarse ante una Asamblea Nacional aliada del presidente saliente, con un TSJ también rojo y una Fuerza Armada dirigida por un militar leal al gobierno anterior. Nuevamente el riesgo de hacer una trampa “legal” estará presente y el pueblo debe estar muy atento para defender a su nuevo presidente.
Caminar hasta Miraflores y nombrar su consejo de ministros será la tarea fácil (quizás la única fácil) del nuevo presidente y de allí en adelante comenzará la película llena de amenazas.
El primer asunto a atender es el de la seguridad y la estabilidad del nuevo gobierno. Existen muchos focos que pueden generar serios problemas de orden público e intentos de desestabilización, los chavistas molestos por la derrota, los colectivos reaccionando contra el “enemigo”, oficiales de la Fuerza Armada temerosos de su futuro, grupos irregulares colombianos defendiendo sus privilegios, los cubanos viendo perder la teta, el narcotráfico imaginado amenazas a su negocio, todos los enchufados temerosos y todos los poderes dominados aún por los chavistas, preocupados ahora y mucho.
Confieso, sin rubor, que no soy especialista en como manejar estos asuntos de seguridad, pero el sentido común me lleva a pensar en la necesidad de una ayuda temporal de alguna fuerza externa. Hay que pedir ayuda militar a países amigos, en una dimensión que meta suficiente miedo para que nadie se pase de vivo. Esto lo debería solicitar formalmente el candidato unitario a países amigos durante su campaña. Demasiados peligros juntos como para no tener una previsión formidable y contundente.
El otro asunto es el del inicio de la recuperación del país y el alivio importante de la pobreza. Aquí no hay mucho que pensar. Hay que ir al Banco Mundial y al FMI a pedir un “fiao” de los buenos. Cien mil millones de dólares, garantizados con petróleo. Allí el candidato unitario puede adelantar mucho durante su campaña pues estos asuntos son largos y complicados. El cómo usar ese bojote de plata (salud, educación, empleo, infraestructura etc.) es otra tarea de planificación durante la campaña y como parte de los acuerdos de gobernabilidad con los otros actores.
La recuperación de la producción petrolera es una de las prioridades. Hay que cambiar la ley de hidrocarburos de inmediato (existe ya un buen proyecto de nueva ley) y empezar las licitaciones internacionales para campos de producción. El petróleo sigue siendo nuestra mayor riqueza y tenemos que ir donde están los cobres, pues el país los necesita con mucha urgencia.
También la adecuación del sistema eléctrico es de gran importancia pues la electricidad es base para el proceso de recuperación nacional en todas las áreas.
Y muy importante es el manejo de todo con pulcritud. Los ciudadanos estamos hartos de escuchar historietas de corrupción. Estamos hartos de ver como un “pelao” después de un tiempo anda con tremendo carro y se compró una casota. La inmensidad insoportable de la corrupción roja en estos 23 años no admite más errores. Los cobres son de todos los venezolanos y el que se los coja es un despreciable ladrón.
Ojalá la campaña de nuestro candidato unitario se llene de reflexión ética en su discurso y nos pida a todos le ayudemos a controlar este aspecto tan delicado de la administración pública. Tenemos que recuperar el país de una manera honrada, ese es el vértice del verdadero cambio y es el cambio que deseamos todos.
Pero primero es lunes y después martes. A dedicarnos a las primarias con alegría. Los ciudadanos debemos animarnos al máximo pues lo que está en juego no es poco y se llama Venezuela.