Manuel Corao // El bolívar digital, otro cuento más

Los venezolanos al igual que son grandes guerrero cuando no dudan en tomar las calles para protestar por la ausencia de servicios públicos y justicia también mantienen la esperanza de ver reconducir en paz la gestión gubernamental adoptando la dirigencia medidas en consonancia con la resolución de la crisis que afecta de una u otra manera a la totalidad de los habitantes. Los descendientes de Simón Bolívar no olvidan tan loable premisa ni sus haberes ciudadanos de acción.
El ente gubernamental con bombos y platillos anuncia un nuevo cono monetario creando expectativas de un sobresaliente futuro con el bolívar digital. En busca de una acertada ilustración les presento lo que Autoridad Bancaria Europea considera es una moneda digital: (ABE) Es una representación digital de valor que no es emitida por un banco central o una autoridad pública, ni necesariamente conectada a un dinero fiduciario, pero es aceptado por personas naturales o jurídicas como medio de pago y puede ser transferido, almacenado o intercambiado electrónicamente entre individualidades o empresas a su riesgo.
El bolívar digital no existe tanto es así que no aparece nominado para referirse a la moneda en ninguna parte del Decreto N°4.553, observación igual que hacemos en referencia a la Resolución N° 21-08-0 del BCV, donde se le hace referencia solo como nueva expresión monetaria.
El venezolano común teme que como en el pasado, el anuncio del bolívar digital sea la clarinada de malas nuevas y estén a las puertas de una escalada inflacionaria. El economista José Guerra advierte que la intervención del Banco Central de Venezuela en el mercado cambiario con cincuenta millones de dólares podría provocar una mega devaluación del bolívar ya que el ente emisor, según el criterio de Guerra, ante la demanda carece de reservas para mantener el dólar bajo.
Desde el 2011 hasta el 2020, indica el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, los reclamos por violaciones al orden constitucional fueron ochenta y seis mil quinientos. Con incidencia en la represión se realizaron un cincuenta y ocho porcentual por contravención a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) .Como prerrogativas civiles y políticos (DCP) pasaron de once por ciento en 2018 a 42% durante el 2019. Para ese entonces ya Chávez y Maduro abandonaron sus deberes con el venezolano común para utilizar los recursos patrios en aventuras antidemocráticas en el continente americano.
El ejercicio personalista, dictatorial y tiránico del mando en Venezuela en los últimos 22 años bajo Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros trajo como consecuencia social, entre otros conceptos, el empobrecimiento de la nación como estado.
Desde el punto de vista social, la inconmensurable cantidad adeudada a instituciones como gobiernos-160 mil millones de dólares- y al mercado local de bienes y valores no se ven reflejadas junto a los altísimos ingresos fiscales petroleros en la nacionalidad.
La Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela en su encuesta anual sobre la sociedad venezolana su desempeño de vida, arroja que el 94,02 % de la masa social es pobre con 67% de pobreza crítica.
Sin duda alguna solo es posible alcanzar un territorio en vías de desarrollo tal índice de pobreza cuando los jueces naturales obedecen a ideologías olvidándose de hacer justicia, el acceso a los alimentos es limitado, la salud pública es insuficiente, la educación solo básica y la iniciativa particular un delito.
El instituto emisor reconoce en sus decretos y resoluciones el signo monetario bajo los cuales fueron firmados documentos en transacciones comerciales , así como la circulación del bolívar soberano junto al nuevo cono monetario.
Los venezolanos están esperanzados que el bolívar digital solucione la crisis existente; sin embargo profesionales en materia macroeconómica consideran que el nuevo bolívar digital es una medida más cosmética que estructural. Esta nominación ubicada en medio del contexto hiperinflacionario venezolano, pudiera estar condenada a sufrir el mismo fracaso que sus antecesoras.
El billete digital lleva implícita en realidad una depreciación de 14 ceros y acrecentarán tales signos con el tiempo; lo cual auguran analistas ser incierto el futuro.