El diario plural del Zulia

Beatriz Pineda Sansone | Dios es una esfera inteligible

La esfera, como figura geométrica perfecta y homogénea, ha sido desde tiempos ancestrales un símbolo poderoso, utilizado para representar lo divino, lo cósmico y lo perfecto.  Un recorrido fascinante a través de la historia, desde la antigua Grecia hasta el Renacimiento, nos demuestra que la esfera ha sido empleada como metáfora para comprender la naturaleza de Dios y del universo.

En el "Timeo" de Platón se lee que la esfera es la figura más perfecta y más uniforme, porque todos los puntos de la superficie equidistan del centro. Al ser la figura más uniforme, la esfera representa el orden y la armonía del universo creado por el Demiurgo.

Olof Gigon, el filólogo clásico suizo, reconocido por sus contribuciones a la edición de textos griegos y a la comprensión de la filosofía antigua, entiende que Jenófames de Colofón, filósofo y poeta griego presocrático, uno de los primeros en utilizar la esfera como analogía divina, habló de modo parecido: el Dios era esferoide. Al describir a Dios como esferoide, buscaba transmitir la idea de una divinidad perfecta, sin principio ni fin, y presente en todas partes, porque esa forma es la mejor para representar la divinidad. Jenófames es conocido por sus críticas al antropomorfismo de los dioses, griegos, es decir, a la tendencia de atribuir características y cualidades humanas a las deidades, ya sea en su forma física, su personalidad o en sus acciones, así como por su concepción de un Dios único y eterno.

En otras palabras, implica concebir a los dioses como seres que se asemejan a los humanos en ciertos aspectos, aunque también posean poderes y atributos divinos que los distinguen.

Jenófanes utilizó la esfera como una analogía para describir la naturaleza de su Dios. La esfera era considerada por los griegos como la forma geométrica perfecta, ya que es simétrica -proporcionada- en todas direcciones y no tiene principio ni fin. Jenófanes argumentó que su Dios, al igual que la esfera, es perfecto, eterno e infinito.

Parménides, cuarenta años después, retoma la imagen de la esfera para representar el Ser: "El ser es semejante a la masa de una esfera bien redondeada, cuya fuerza es constante desde el centro en cualquier dirección”, afirmando que es eterno, indivisible y perfecto. La esfera, en este contexto, simboliza la unidad y la totalidad del universo.

Y, más tarde, en el "Corpus Hermeticum"; o en el “Asclepio” que también se atribuyó a Trismegisto, el teólogo francés, Alain de Lille descubrió a fines del siglo XII esta fórmula: "Dios es una esfera inteligible, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna". Esta fórmula expresa la paradoja de una divinidad infinita presente en cada punto del espacio. Para la mente medieval, el sentido era claro: "Dios está en cada una de sus criaturas, pero ninguna lo limita”. "El cielo, el cielo de los cielos, no te contiene" dijo Salomón (I Reyes, 8,27).

Leonardo da Vinci, el genio del Renacimiento, profundamente influenciado por las ideas platónicas y neoplatónicas, representó visualmente la esfera en numerosos dibujos. Para Leonardo, la esfera era un símbolo de la perfección divina y de la armonía cósmica.

La elección de la esfera como símbolo de perfección se debe a varias razones: la uniformidad. Todos los puntos de la superficie de una esfera equidistan del centro, esto la convierte en una figura perfectamente simétrica y homogénea. No tiene principio ni fin, relacionándola con la idea de lo perpetuo y lo eterno.

La esfera contiene todos los puntos de su interior, transformándola en un símbolo de totalidad y plenitud. Todas estas teorías fueron representadas en pleno Renacimiento por Leonardo da Vinci en sus dibujos.

La esfera puede girar sobre sí misma sin cambiar de forma, se relaciona con la idea de un movimiento perfecto y eterno. Ha sido utilizada a lo largo de la historia como una metáfora poderosa para representar la perfección divina, la unidad del universo y la armonía cósmica. Su capacidad para simbolizar lo infinito, lo eterno y lo perfecto la ha convertido en una imagen perdurable en el pensamiento filosófico y religioso.

La esfera también ha sido utilizada en el arte y la arquitectura desde tiempos ancestrales. Domos, cúpulas y bóvedas esféricas han sido utilizadas para simbolizar el cielo, el infinito y la protección divina. En la pintura, la esfera ha sido empleada para representar la perfección, la armonía y la totalidad.

 

 

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