Rodrigo Rivera Morales | ¿Conspiración o guerra entre mafias?

Altos personeros de la cúpula gobernante en Venezuela informaron muy sucintamente la detención de 10 militares en estado de Amazonas. La información ha sido muy escueta. No hay detalles del procedimiento, solo se sabe que los detenidos pertenecen a la Guardia Nacional y estaban destacados en el Comando de Zona 63, entre cuyas funciones figura resguardar la frontera en el límite con Brasil. Se ha colado que se trata de un castigo por permitir el ingreso de aeronaves desde Brasil, pero no está claro.

Debemos indicar que el general preso en las elecciones del 28 de julio demostró públicamente, sin restricción alguna, su incondicional apoyo al fraude electoral y sumisión a la pandilla representada por Maduro. En Amazonas negó a la oposición sus derechos, inventó normas para acallar los reclamos y favoreció a los oficialistas. No hay duda de que el general y su equipo presos, jugaban al apoyo absoluto a la oligarquía cívico-militar gobernante. Formaban parte de los incondicionales y participaban en el reparto del saqueo nacional.

El general preso y su equipo constituían una sub-pandilla en Amazonas. Muchos hemos denunciado el desastre ecológico que se esta dando en la Orinoquia y Amazonia venezolana por la minería del oro. No solo es la calamidad ecológica por la forma depredadora de extraer el oro, en desforestación criminal, desvío de aguas, empleo de metales prohibidos en el lavado contaminando los ríos, destrucción del hábitat natural, sino que la guardia nacional para proteger a los mineros ha cometido genocidio, pues, ha asesinado a lideres de las comunidades indígenas que se han opuesto y han obligado a desplazarse de sus tierras a esas comunidades.

La torta del oro se reparte en varios trozos. Los mineros ilegales son los más perjudicados, pues tienen que aflojar entre un 60 a 70 por ciento del oro producido. Están los grupos irregulares que dan un 15 por ciento y las grandes empresas en las que hay socios del alto gobierno y extranjeros, obviamente, se llevan la mejor parte del pastel. Evidente. Que muchos de los militares que tienen el papel de cuidones se sienten con derecho tener mayor participación en el pastel de la explotación del oro.

Algunos militares. de Bolívar o Amazonas, que cayeron en desgracia en este periodo de la pandilla, fue por haber tomado la iniciativa de formar su propio grupo explotador del oro para beneficio de ellos, a espalda de los capos de la pandilla cívico-militar gobernante, iniciativa que para la cúpula es grave, lo consideran traición, por supuesto, lo venden como si fuese a la patria.

En medio del silencio característico del gobierno cuando le interesa ocultar algo y que no trascienda, se ha podido conocer que la aprehensión del general y su equipo ha sido porque conformaron un grupo propio para sacar el oro de Venezuela, sin rendir cuentas a los capos. Trabajaban con mineros ilegales, a quienes le bajaron la cuota para asegurarlos; sacaban clandestinamente el oro con avionetas provenientes de Brasil. Era un super negocio. Cada viaje representaba alrededor de 650 mil dólares y se hacían entre 5 a 7 vuelos semanales, todo libre de impuesto. El comprador pagaba los vuelos.

Esto no les agrada a los capos que, en ese campo hiciesen negocio al margen de ellos, pues, quedaban sin su tajada. Lo detectan porque están a la caza de militares y funcionarios civiles que han estado tendiendo puentes para negociar la caída de Maduro, los cubanos han alertado y puesto a funcionar, más que nunca, el espionaje y los equipos sofisticados de detección de aeronaves, además, apresaron a un minero y este cantó.

Inmediatamente, se puso en marcha la justicia chavista y un tribunal militar ordena la detención de sus colegas militares bajo el cargo de traición a la patria y ultraje a la institución armada. Vaya cinismo. Se rompen los pechos hablando de dignidad de las FF.AA. cuando ellos son los que han propiciado la corrupción, la destrucción moral de sus componentes con el fin de eliminar la institución. Ocultan la verdad de lo sucedido, la disfrazan con patrioterismo y legalidad, cuando en realidad, es una guerra entre las mafias.

En este estado de destrucción moral y material de las FF.AA. base de la defensa nacional, preguntamos ¿Hay oficiales que quieran y respeten su institución? ¿Hay militares dispuestos a enfrentar a la banda criminal gobernante y restablecer la constitucionalidad? Creo firmemente que si los hay. El 28 de julio alrededor de un 68 por ciento del componente militar votó contra Maduro. Quieren un cambio. Anhelan que las FF.AA. recobren su sitial institucional y sean respetados. Estoy seguro de que el ejército de Bolívar no va a disparar contra el pueblo indefenso que reclama sus derechos y quiere hacer valer su expresión de soberanía. El ejército digno debe acompañar al pueblo hasta el final.