¿Pasaporte de carbono? La propuesta para racionar las emisiones de viajes aéreos

En un año récord para la industria de viajes en 2023, la preocupación por las emisiones de carbono de la aviación ha llevado a la especulación sobre la viabilidad de un "pasaporte de carbono". Esta medida implicaría asignar a cada viajero una cuota anual de emisiones de carbono, limitando así la cantidad que pueden contribuir al impacto ambiental de la industria aérea.
La preocupación ambiental surge del hecho de que el transporte, incluidos vuelos, trenes y coches, representa el 29% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los viajes aéreos solos contribuyen al 2.5% de estas emisiones, utilizando una cuarta parte del "presupuesto de carbono" mundial proyectado para 2050.
El operador turístico Intrepid Travel y The Future Laboratory han presentado un informe especulativo que propone el concepto de "pasaporte de carbono". Este documento establecería una asignación anual que los viajeros no podrían exceder, registrando y controlando sus emisiones de carbono. Superar la cuota resultaría en la prohibición temporal de vuelo.
Aunque la idea es actualmente especulativa y enfrentaría numerosos desafíos logísticos y regulatorios, refleja la creciente conciencia sobre el impacto ambiental de los viajes. Países como Bélgica y Francia ya han implementado medidas fiscales y restricciones para reducir las emisiones en vuelos de corta distancia, señalando una tendencia hacia un enfoque más sostenible en la industria de viajes.
A pesar de las posibles resistencias de la industria y los pasajeros, la propuesta del "pasaporte de carbono" destaca la creciente importancia de consideraciones ambientales en la planificación y regulación de los viajes. El informe sugiere que podríamos estar al borde de una era de "viajes regenerativos", donde los viajeros reconsideran el impacto ambiental de sus decisiones de viaje, señaló Xataka.