“El Movimiento Futuro es un partido para el madurismo en caso de perder las elecciones”

La entrevista de Nicolás Maduro Guerra en El País, a escasos 4 días de las presidenciales y sobre los posibles escenarios electorales, abre el compás del debate sobre el futuro de las corrientes que integran el chavismo en Venezuela, más allá del 28 de julio.
“Nicolasito”, bautizado así públicamente por su progenitor, Nicolás Maduro Moros, se muestra convencido del triunfo de su padre el 28-J, pero ante las inquietudes del periodista, garantiza la prevalencia de la paz aún si el escenario real no es el esperado.
Si Edmundo gana, entregamos y seremos oposición, listo. No nací en la presidencia, mi papá no nació siendo presidente. Yo nací en el Valle, estudié en un colegio público. Y si todo acaba para ser oposición, somos. Yo no sé si nos aguantan de oposición, somos un fastidio”, advierte.
El nombre de Nicolás se suma -tímidamente- al de Rafael Lacava y Héctor Rodríguez, gobernadores de Carabobo y Miranda, para asumir, en la teoría, el liderazgo de una organización política que, en caso de un cambio por la vía electoral, los obligaría a apostar por una necesaria reconfiguración.
“Creo que esto es algo que se viene cocinando de hace algunos meses”, precisa Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia.
En la percepción del politólogo, en Venezuela ocurre lo que hace algunos años con el peronismo en Argentina: Una vez que muere Juan Domingo Perón se disgrega el movimiento.
“Y con el tiempo tenías peronistas de extrema izquierda como los piqueteros o peronistas neoliberales, como Menem”, sostiene. Explica que por ello algunas corrientes chavistas critican a Maduro.
Estima que se avecina un conflicto sea cual sea el resultado del 28J. Y en ese marco coloca en los extremos al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y al Movimiento Futuro.
“Así son las dinámicas políticas. Habrá gente que se va alejando del proyecto, de repente hasta que le cae mal a alguno de nosotros. Esas son las dinámicas políticas naturales”, resalta Maduro Guerra en su entrevista. “Ahí tenemos, por ejemplo, a algunos opositores que se vinieron con nosotros. Venezuela puede ser de todo, pero no te aburres”.
Sin embargo, el peso de la derrota no permite muecas.
Rafael Uzcátegui, sociólogo y defensor de derechos humanos, como decenas de politólogos reconocidos, piensan que el mapa político se reconfigurará.
Muchos analistas basan sus proyecciones en la creencia que un chavismo perdedor seguiría teniendo la misma cohesión que hemos conocido hasta ahora. En mi opinión, una derrota estrepitosa implosiona al PSUV y deja a la cúpula madurista sola”.
Movimiento Futuro: ¿Salvavidas?
Movimiento Futuro se define como una organización que “convoca a todas las organizaciones sociales, al poder popular y a todas las personas que tengan la voluntad de trabajar por una Venezuela donde se consolide la democracia protagónica, una economía productiva que permita que juntos y juntas, nuestras familias vivan con dignidad, con comunidades y ciudades sustentables, en paz y seguridad”, señala en su página web.
Su logo es un corazón formado por huellas dactilares y juega con una amplia variedad de tonalidades bajo el lema “Nos vemos por Venezuela”.
En su oferta política recoge algunas de las promesas incumplidas que ha realizado el chavismo en los últimos 25 años, pero esta vez lideradas por el Gobernador de Miranda.
Sobre el movimiento, Ríos recuerda que, entre 2018 y 2019, los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez apostaron por crear Somos Venezuela, organización que trataba de captar cierto segmento no chavista, pero no lo lograron.
“Hacen lo mismo con el Movimiento Futuro con un enfoque más orgánico: buscando sectores desmovilizados del chavismo y los descontentos. Por eso se acercaron a Elías Jaua”, argumenta.
En el papel, se trata de un movimiento liderado Héctor Rodríguez, pero con el cerebro de los hermanos Rodríguez detrás, afirma.
Fíjate que Héctor Rodríguez, en su discurso, quiere capitalizar votos reconociendo que algunas cosas están mal hechas y no está mal criticarlas. Ofrecen la oportunidad de renovar al oficialismo. ¿Qué es lo que pasa? Que esa ruta es muy mal vista por factores tradicionales como aquellos que conformaron el 4-F o el MBR200, liderados por Diosdado Cabello. Por ello insisto que viene un conflicto logren o no mantener el gobierno. Esa coalición dará al traste con la coalición existente”.
¿Liderazgos?
Cuando a “Nicolasito” le preguntaron si tenía aspiraciones presidenciales, respondió: “No te voy a decir que no ni que sí. Me veo sirviendo este proceso desde donde sea. Nosotros aspiramos a servir a Chávez. De verdad que la muerte de Chávez fue un impacto general. Me cambió la vida. Bueno, cambió la vida de un país, pero en lo personal, a mí me cambió la vida por completo. Algo que yo no tenía ni pensado. Y la historia da muchas vueltas”.
Pero dentro del seno oficialista, Maduro Moros y su anillo más cercano, asumieron siempre una posición caudillista.
Los mandos políticos y ejecutivos tuvieron en el Jefe de Estado, Diosdado Cabello y los hermanos Rodríguez a los únicos voceros con poder de decisión.
Allí, sin muchos reflectores, se enclavó Héctor Rodríguez. En 2019, demostró que se encontraba en el círculo de confianza de Maduro al ser uno de los delegados que viajó a Oslo, Noruega, para negociar con la oposición en un momento político complejo.
“Héctor Rodríguez es una figura que agrada; lo ven como un tipo diferente de chavista, abierto al diálogo y capaz de encantar a los miembros de la oposición que una vez fueron partidarios de Chávez”, expresaba Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, hace 5 años. “Si se maneja de manera adecuada, podría convertirse en una figura que daría vida al chavismo y lo volvería competitivo”.
Pero recientemente, más allá de su rol protagónico en la difusión del Movimiento Futuro, como parte de la campaña electoral, pareciera perdió el empuje que lo llegó a posicionar como posible rival de Juan Guaidó.
Quien sí escaló fue Rafael Lacava.
Entre 2022 y 2023 su nombre se coló en los análisis políticos como potencial candidato para relevar a Maduro.
Poder y Estrategia midió a mediado del año pasado a los líderes de gobierno con la siguiente pregunta: ¿Cuál de los siguientes líderes de gobierno le gustaría que fuera el candidato presidencial? Entre las opciones, además de Maduro, estuvieron los hermanos Rodríguez, Cabello y Lacava, quien resultó el mejor parado con 10 puntos, seguido de Maduro con 7, Delcy con 4, Jorge con 2 y Diosdado por debajo de un punto.
Lacava es muy cercano a Maduro y pienso se inclinará por darle su apoyo en una posible derrota. Él fue embajador de Venezuela en Italia cuando Maduro era canciller”, afirma Ríos.
El gobernador es considerado por los especialistas en marketing político un fenómeno en términos de su caricaturezca figura, pero aun así no tendría mayor arrastre dentro del chavismo. Andrés Izarra, exministro de Comunicación de Chávez, coincide con el analista y considera que el hecho de mantenerse como gobernador, le permitirá aglutinar a parte del madurismo en torno a él.
“Creo que el Movimiento Futuro es un partido para el madurismo en la eventualidad de perder las elecciones. No será el PSUV”, opina el comunicador que fuera muy cercano al padre político de la revolución.
El peor error de Chávez
Héctor Navarro, exministro de Educación y Energía Eléctrica, no cree en quienes se mantienen al lado de Maduro a quienes califica como cómplices en la destrucción de Venezuela.
La implosión -en sus palabras- comenzó con la enfermedad y muerte del fundador del proyecto revolucionario. Recuerda, por ejemplo, que la Dirección Nacional del PSUV se reunía todos los martes en la mañana en la sede ubicada en Maripérez, Caracas.
Al final de la reunión se ofrecía una rueda de prensa para informar sobre las decisiones. “Chávez, ya enfermo, solía llamar para verificar quiénes se encontraban en la reunión y pedir que discutieran determinado tema”, recuerda en una entrevista para El Estímulo.
Entonces, la Dirección Nacional del PSUV estaba conformada por 30 integrantes que eran electos, no designados a dedo como ha ido ocurriendo en tiempos actuales. A Diosdado Cabello, quien era el vicepresidente, le correspondía convocar a la reunión, pero dejó de hacerlo.
En aquellos días, un grupo de dirigentes, tras la paralización de las reuniones semanales del PSUV, le dirigió una carta a Cabello señalándole la necesidad de continuarlas ya que, ante el fallecimiento del líder principal, ahora era cuando se necesitaba que el partido se reuniera y actuara en consenso.
Pero, al contrario, a raíz del fallecimiento de Chávez, las decisiones no se comenzaron a tomar desde la Dirección Nacional del PSUV sino por la cúpula que quedó en el poder.
“Desde ese momento las elecciones dejaron de ser directas, decidieron que los gobernadores de estados del PSUV eran automáticamente los dirigentes del partido estadales. Hoy no se sabe exactamente quiénes son los miembros de la Dirección Nacional”, comentaba Navarro.
Ante la falta de un candidato de izquierda, actúa con pragmatismo. En reciente entrevista con Mario Villegas llamó a votar por Edmundo González Urrutia.
El peor error que cometió Hugo Chávez fue pedirnos que votáramos por Nicolás Maduro (…) Los venezolanos tenemos que tomar una decisión, y es que Maduro no va a acabar con el problema, (sino que) hay que salir de este Gobierno. Esta es una decisión importante, no nos podemos equivocar”.
En sus palabras, tras el 28 de julio, el chavismo originario se reagrupará y comenzará a recuperar el espacio perdido. “Uno de los graves problemas en estos momentos es que la constitución parece letra muerta. Tenemos que rescatarla”, advierte.