El diario plural del Zulia

Un “FAO”, seguridad agroalimentaria nacional, por Werner Gutiérrez Ferrer

Las resoluciones tomadas en la última década por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre Venezuela, han causado desconcierto en el sector académico y profesional del país, e indignación en la población general que viene soportando desde hace ya más de cinco años las calamidades ocasionadas por la escasez, y la inaccesibilidad a los alimentos, en un escenario caracterizado por alta inflación y especulación en este rubro tan sensible, al punto que, según el último reporte del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros, para el mes de marzo una familia promedio de cinco miembros necesita 19 salarios mínimos para adquirir la canasta alimentaria familiar (772.614,30 bolívares), registrándose un incremento de 440,8 %, en los precios de los alimentos en un año.

Aún recordamos los premios otorgados por esta organización a Venezuela en 2013 y 2015, por el buen desempeño del país en materia agroalimentaria y por “contribuir a la erradicación del hambre en el mundo”. Diversas voces se alzaron en nuestra nación haciendo un llamado de atención a la FAO, por considerar que estas decisiones eran tomadas sobre cifras “falsas o maquilladas” suministradas por el Gobierno nacional. Precisamente en ese período de tiempo, la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi) desarrollada por instituciones de elevado prestigio, reporta que el cambio en la calidad de vida de los venezolanos fue “brutal”, pasando de 48% de hogares en pobreza en el 2014, a 82 % en 2016.

El 24 de abril fue publicado el Reporte Global sobre Crisis Alimentarias 2017, el cual es elaborado por diversas agencias internacionales agrupadas bajo la Red de Información de Seguridad Alimentaria (FSIN, por sus siglas en inglés) entre las cuales está incluida la FAO y Unicef. Sorprende que en este informe en la lista de países que necesitan vigilancia y monitoreo, no aparece Venezuela, desconociendo una vez más la verdadera situación que padece nuestro pueblo, argumentando el “no tener acceso a datos”.

En esta oportunidad, incluso, desconoce la FAO las advertencias de los máximos representantes de la ONU. Zeid Ra’ad Al Hussein, alto comisionado para los Derechos Humanos de este organismo, en septiembre de 2016 alertó que “en Venezuela existe un fuerte deterioro del disfrute de los derechos sociales y económicos, que cada vez amplía más la hambruna generalizada”.

Los indicadores del hambre y desnutrición, de crisis alimentaria y sufrimiento humano alarman, duelen en el alma de millones de venezolanos, sin embargo para la FAO, nuestro país solo debe ser incluida en un listado de países que deben quedar bajo observación por presentar “indicadores de alarma”. La FAO da señales que ya es hora de ser renovada, dejar de ser un “club de amigos”, para convertirse en un organismo verdaderamente protector de los derechos humanos de los venezolanos.

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