El diario plural del Zulia

Román Ibarra | Participación contra desánimo

A una semana escasa para la celebración de las elecciones de la Asamblea Nacional; Gobernadores de Estado, y Diputados a los Consejos Legislativos Regionales, reina el desánimo. Ha sido –como todos sabemos- otro ejercicio abusivo del gobierno de facto para sorprender; molestar, y dividir a la oposición.

Luego del robo descarado del resultado de las elecciones presidenciales del 28 de julio 2024, cohonestado por el CNE, y el TSJ, ambos organismos cooptados por el régimen de Maduro, hoy la ciudadanía tiene que asistir a un nuevo escenario ventajista a favor de la dictadura; sin liderazgo que lo oriente, y en medio de una división que clama ante los ojos de Dios por insensata y autodestructiva.

El gobierno logró concretar su más caro anhelo, como es –ya dijimos al comienzo- sorprender; molestar y dividir a la oposición que además, optó por autodestruirse, en medio de acusaciones insensibles, y fusilamientos mediáticos para acabar con quienes decidieron participar contra todo pronóstico.

En el camino el gobierno ha seguido ejecutando lo que se ha convertido en una costumbre horrenda, y una práctica deletérea, como es la represión brutal; la desaparición forzada; el encarcelamiento sin razón jurídica; el secuestro. En fin, todas las que se corresponden con el Terrorismo de Estado, sin que hasta el presente, haya habido pronunciamientos serios, y contundentes de los organismos internacionales, más allá de la retórica hueca y vacía para la galería.

Tal como hemos citado en varias oportunidades, esto demuestra que el problema es estrictamente venezolano, y como tal debe ser atendido. Eso no quiere decir que no haya necesidad de concitar la atención de países aliados de la causa democrática, y de organismos internacionales como reclamo legítimo de quienes luchan en condiciones adversas; pero es en esencia un asunto interno que hay que acometer con actitud política, y no de histrionismo de telenovelas.

A nuestro juicio era impensable que luego del triunfo épico del 28J, a pesar del robo, no hubiera una respuesta contundente, no sólo para demostrar y ratificar la defensa de esa victoria, sino para volver a derrotar al gobierno de manera aplastante en este nuevo desafío, haciendo exactamente lo contrario de lo que quería el oficialismo. Se trata de que hay en juego 3.300 cargos de responsabilidad pública que no podían abandonarse con la abstención promovida.

Muy por el contrario había que insistir en la unidad opositora para seguir moliendo a un gobierno ruin; mediocre; corrupto, e insensible que solo promueve destrucción y pobreza. Se trata, como ha dicho nuestro amigo Chuo Torrealba, de que ¨la mayoría es para ejercerla. No puedes meterla en el banco a ganar intereses¨! Es un contrasentido saberse parte de la mayoría social y política, y llamar a la abstención para dejar en manos del opresor –otra vez- el control total de un organismo tan importante y decisivo para la vida presente y futura, como es la Asamblea Nacional, así como las Gobernaciones y Legisladores regionales respectivos.

No nos cansamos de recordar que desde la AN se eligen organismos e instituciones como el Tribunal Supremo de Justicia; el Consejo Nacional Electoral; la Fiscalía General de la República; la Contraloría General de la República, y la Defensoría del Pueblo, que nuevamente volverán a caer en las manos inescrupulosas del gobierno, que las conformará con sus militantes y más serviles funcionarios para seguir el festín de la corrupción y el abuso de poder.

No hay otra posibilidad de salir de ellos que no sea por la vía electoral, por lo cual, hay que olvidarse de una vez por todas de los sueños de la expulsión por la fuerza. Hay que apretarse el cinturón y fajarse contra ellos, aun en condiciones adversas, pero jamás dejándoles el camino libre.

De continuar el desánimo que hoy se siente, Maduro y sus secuaces se quedarán con todo el poder institucional, a pesar de que no cuentan con respaldo popular. No tienen votos, ni alma popular. Están internamente divididos y en pugna por el desastre gubernamental, y también por las demostraciones de absoluta incapacidad como se demostró con la denominada ¨Operación Guacamaya¨. Viven en un mar de contradicciones, y solo se salvan u ocultan temporalmente, por la inutilidad de la abstención que una vez más, les regalará todo el poder.

Solo la decisión libérrima de los ciudadanos en estos últimos días, y un ejercicio consciente de su poder soberano puede ayudar a revertir lo que –según las encuestas, y el ambiente callejero- parecen advertir como inminente.

Sería una humillación contra la población toda, que el oficialismo concrete –sin votos- una victoria aplastante.

El gobierno no deja de hacer el ridículo como ese espectáculo de elegir un ¨gobernador¨ en el Esequibo con un padrón electoral conformado con gente de Bolívar y Amazonas, que por cierto tendrá más representación en la AN, que buena parte de los Estados de la República. Un territorio en reclamación, y del cual, el payaso de Chávez (cual si fuera dueño del territorio) con Maduro como su Canciller intentaron regalar a los guyaneses años atrás, por imposición de sus amos de la dictadura cubana. Hoy lo convierten en otro show, como de costumbre. Sin embargo, frente a este dislate no ha habido respuesta de la oposición de manera orgánica.

Estamos metidos en un problema de graves dimensiones, y probablemente de alcance destructivo para los intereses de la República y sus ciudadanos, cuya agonía socioeconómica se prolonga, si dejamos que la abstención regale de nuevo todo el poder a la corrupción; la mediocridad, y el odio por nuestro país.

Rezando por un milagro de participación!!

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