El diario plural del Zulia

Retos para el 2016, por Judith Aular de Durán

Al pasar la página del 2015, la universidad autónoma venezolana enfrenta retos que no pueden posponerse. A diferencia de los últimos tiempos, crecen las posibilidades de concretar la discusión y aprobación de instrumentos legislativos urgentes, como la nueva Ley de Universidades que permitirá promover los cambios en la organización universitaria, así como renovar el modelo obsoleto de asignación presupuestaria.

Sin embargo, el principal anhelo de los universitarios en 2016 es que finalmente se realicen los procesos electorales pendientes en las casas de estudio. Simultáneamente, las comunidades universitarias deben abrirse al debate interno y externo para abordar los cambios necesarios en la organización académica y administrativa, así como en la formulación de un modelo de gestión que supere las deficiencias actuales.

Otro desafío fundamental es el reimpulso al desarrollo académico, así como la promoción de la investigación con impacto social. Recomendamos abrir un compás de discusión incluyente, con participación de los gremios y sectores estratégicos para concretar la agenda de prioridades que apuntale el modelo de educación de calidad, pertinencia y reconocimiento.

Es imperante asumir la evaluación académica y administrativa para avanzar. Es una tarea contrarreloj que requiere, además de la voluntad institucional, el adecuado financiamiento y gerencia para asegurar la calidad de los programas.

Es necesario que las universidades sean tomadas en cuenta en la nueva dirección que debe emprender el país para superar la crisis. Es tiempo de que cese el distanciamiento entre las esferas de Gobierno y los centros universitarios.

Es recomendable establecer áreas de convergencia para avanzar en líneas de gestión científica en conexión con las acción pública del Estado y de la sociedad organizada.

De allí la urgencia de hacer más flexibles los programas académicos con mayor congruencia con las demandas de la sociedad y de los sectores productivos. Se requiere profundizar la evaluación de cada programa de enseñanza y formación profesional.

Es un desafío que exige la unidad de los universitarios; la suma de experiencias, el respeto y consideración por la institución que necesita de cada ciudadano de la región para seguir en pie, educando y formando el liderazgo renovador de la sociedad. Feliz 2016. Lo recibimos con esperanza y voluntad para hacer frente a los retos que nos esperan.

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