El diario plural del Zulia

“La piedra de la paciencia”, por María Guadalupe Núñez

En este país, acostumbrado a la profusa propaganda oficialista, a la diatriba y las movilizaciones políticas, hay noticias que no pareciera llamar la suficiente atención; tal vez porque sean como las películas repetidas ad infinitum por los canales de TV. La compra de armas por Venezuela en el 2015 (US $ 162 millones) ha debido causar un escándalo de proporciones mayores porque no tenemos comida ni medicinas o universidades en pleno funcionamiento; pero nuestros soldados son de los mejor armados en Suramérica. ¡Vaya la paradoja!

En este contexto, el clamor de cambio de la población, más que una necesidad, es la exigencia, dada la “parálisis institucional”. En el campo de la universidad autónoma, considerada por algunos conservadora, la mayoría de la población universitaria está de acuerdo con un cambio en la forma de administrar una comunidad esencialmente académica, lo cual trasciende el problema presupuestario, que se está analizando con la Comisión Especial de la AN para buscarle vías de solución, y pasa porque se libere el secuestro de su democracia, permitiendo que se realicen las elecciones para renovar sus cuadros directivos. Unas autoridades, en el sentido de las auctoritas, que vuelvan su mirada vanguardista y creativa a las cuestiones académicas y no se trabaje solo en la cuota presupuestal, aun cuando son el sustento de aquellas.

Este cambio de paradigma es fundamental para innovar la forma de resolver el problema financiero, especialmente a la investigación de calidad, pues “la producción de conocimiento constituye el núcleo de las actividades académicas en las universidades” (O. Albornoz, UCV). En este sentido, la profa. María Cristina Parra (LUZ) subraya “la importancia de centrarse en la calidad de las investigaciones. ¿Hasta qué punto la docencia impartida se corresponde al profesional del siglo XXI? y ¿Hasta qué punto la investigación realizada tiene real pertinencia con los con ictos del siglo XXI?”. El profesor José Tadeo Morales (UC) complementa esas reflexiones señalando que la educación debe ser para “el crecimiento humano y ético”.

No obstante estar convencida de que el saber científico es el soporte de la sostenibilidad del desarrollo, no se debería descartar lo que postula el profesor Morales ante los retos de la educación contemporánea: “implementar las ventajas de la virtualización y las redes cibernéticas como un medio para poner al alcance del público las herramientas que permitan trascender de una sociedad del conocimiento hacia una sociedad de la sabiduría”. La cuestión del cambio paradigmático está en el cómo, el qué queremos ya lo sabemos de memoria.

 

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