La Chinita, por Rubia Luzardo
La Chinita es la excelsa patrona de los zulianos y, también de los colombianos, los wayuu y todos quienes la veneran por su hermosa piel canela, símbolo que los nativos hemos aprendido a asumir y cultivar en religiosidad como un rasgo particular de esta tierra diversa en su riqueza étnico-cultural.
En estos días sus más fervientes creyentes caminarán hasta su altar para rendir culto y agradecimiento por los favores concedidos, una ola de gente superará cualquier dificultad para llegar a su encuentro que tiene como fecha el 18 de noviembre.
Y es que la fe mariana de este pueblo es lo que ha permitido al zuliano mantenerse firme ante la adversidad, en sus peticiones se escucha el clamor: “Chinita acaba con este calvario de escasez que vivimos”, “Madre amada protege a los zulianos de tanta inseguridad”, “Querida virgen ilumina el corazón y pensamiento de los gobernantes para que busquen soluciones a esta crisis que vivimos”, “Chiquinquirá permite el milagro de tener buena salud porque medicinas no hay”.
Es así como la dinámica social que vivimos pareciera darle más trabajo a nuestras vírgenes, santos y deidades, ya no solo se les pide en su día sino durante todo el año. Nuestra China también simboliza el valor de la mujer zuliana que supera cualquier dificultad y los trasciende haciéndolas más valerosas y orgullosas de su ser.
Para el Zuliano la virgen Chiquinquirá es la madre de todos, que nos cubre con su presencia mágica desde su llegada a las aguas del lago, madre del hijo de Dios que llegó a nuestra tierra para proteger a todos sus habitantes, incluso a los nativos a los cuales representa con su color de piel morena. Recordemos que la virgen del Rosario de Chiquinquirá de Colombia se les apareció a los indígenas chibchas y ello reafirma la creencia en la figura de la virgen por parte de nuestros pueblos originarios quienes también poseen el sincretismo religioso que reafirma la sublime Chinidad.
En este sentido, nuestra chinita representa esa madre protectora de los humildes de corazón, de los desposeídos, excluidos de siempre y también de los que sienten misericordia por los que nada tienen. Este próximo 18 de noviembre, la virgen nos unirá a todos en un solo canto de amor, búsqueda de la reconciliación, fraternidad, perdón y paz social tan aclamada por los zulianos y venezolanos. Los wayuu estaremos de esta por nuestra virgen en cada rincón del Zulia, transmitiéndoles a nuestros hijos el amor por esta hermosa virgen que fortalece cada vez más la espiritualidad y a su vez complementa nuestras cotidianidad común con el otro diferente pero muy próximo.