Escenarios, por Nicmer Evans
En el marco de una nueva etapa política en Venezuela como consecuencia de los resultados del 6-D y el postduelo de la muerte del presidente Chávez, y en el marco de una crisis económica sin precedente y la profunda decadencia de la ética política remarcada en estos últimos tres años, el presidente Maduro tiene ante sí una encrucijada de múltiples opciones que cada uno conduce a realidades muy distintas.
Sobre lo ante mencionado el ejercicio de especulación es aún más amplio, pero si algo hemos aprendido en nuestro país es que cuando “el río suena es porque piedras trae”. Desde Visor 360 Consultores hemos trabajado un modelo de escenarios complejo que no pretendo reproducir en su totalidad en este breve espacio, pero en síntesis podemos armar que el presidente Maduro no la tiene fácil para superar este año en el poder. Está en él decidir qué tan traumático puede ser este proceso.
Desde “La renuncia” hasta un “golpe blando”, pasando por un referéndum revocatorio negociado o impuesto, hasta una huida hacia adelante profundizando el autoritarismo para forzar escenarios más complejos, en el contexto de una Fuerza Armada con capacidad de maniobra, unos factores transnacionales acechando, una bomba social que nadie maneja y una economía que ya no resiste más la postergación de decisiones que raya en la irresponsabilidad de un gobierno con la más baja credibilidad histórica del país, el drama de la recomposición de fuerzas de la izquierda ya se debate en los pasillos de la política chavista.
El dilema hoy pareciera ya no ser cómo ayudar a Maduro, ya que goza de consenso la idea de que no se ha dejado ayudar y ya es tarde para un nuevo esfuerzo, sino de cómo después del desastre desencadenado por el totalitarismo madurista y el pugilato con el diosdadismo, hoy se logra recoger los vidrios rotos y empujar hacia una ruta más esperanzadora sobre el futuro de la izquierda en Venezuela.
La profunda división generada por el sectarismo y la polí- tica de exclusión política de la dupla Maduro-Diosdado, que hoy vive el momento más frágil de su subsistencia, deja la necesidad en el chavismo de izquierda de recomponerse en torno a lo mejor de Chávez, pero con la aún más complicada necesidad de encarnar en un nuevo liderazgo esta situación. Pero mientras esto pasa, el país va a la deriva, y lo más grave es que la oposición a pesar de su victoria el 6-D, aún para la mayoría del país no representa una verdadera opción de liderazgo para salir de la crisis que vivimos.
En lo estrictamente personal, de todos los escenarios posibles, aquel que apela a una conciencia superior del presidente Maduro para dar espacio a una recomposición del país y sus fuerzas políticas, incluyendo la prolongación en el tiempo del propio chavismo, sin duda es la más sana para toda la patria.