El diario plural del Zulia

Alberto Borregales | Máquina Abstracta y Máquina Despótica

En el tránsito, mi devenir de estudiante en la Escuela de Letras y Filosofía de la UCV, me vinculé a la Escuela de Historia, a la de Psicología, la de Artes y Antropología, visité la Escuela de Sociología y escudriñé sus bibliotecas, al igual que la hemeroteca en el piso 3 y la Sala de Humanidades de la Biblioteca Central, como la de la Facultad de Humanidades.

El contenido de las mismas era fabuloso, el chequear el espacio articulado a los ficheros en orden alfabético, se ejercía una práctica de goce y placer las consultas de trabajos de investigación, libros, ejemplares únicos que solo se podían revisar allí mismo o los que podía llevar para tu espacio particular en cantidad determinada.

Las COTAS y el diseño analógico de petición al bibliotecólogo de turno, era fantástico.

En esos espacios leí mucho, sobre todo, a Marx, en mis primeros dos años equivalentes a 4 semestres. Las cátedras y profesores eran monumentales: Seminario de Metodología, Problemas de Literatura Latinoamericana, Literaturas Occidentales, Literatura y Vida, Teoría y Crítica Literaria, Mitología, Poesía y Poetas, y poderosos verbos pedagógicos como Adriano González León, Rafael Cadenas, Ida Gramcko, Guillént Pérez, Alberto Rosales, Arnaldo Esté, José Jara, Alberto Conte, Daniel Medvedov, Rafael López Pedraza, Judith Gerendas, Francesco D'introno y otras texturas discursivas en lo oratorio y verbal como Jaime López Sanz, Arlette Machado, la experiencia compartida con la Profesora Vilma Vargas en su Cátedra curricular de Literatura Venezolana.

El Encuentro con Marx fue inquietante ya que con el Libro que me topé, era de un sin igual contraste llamativo: Manuscritos económico-filosóficos de 1844

De los 3 mencionados Manuscritos, el referente a El trabajo enajenado ubicado en la página 71 de la Edición Primera de Grijalbo Colección 70 1968, me conmovió una frase que sentencia lo siguiente:

"El obrero se empobrece tanto más cuánto más riqueza produce, cuánto más aumenta su producción en extensión y en poder. El obrero se convierte en una mercancía tanto más barata cuántas más mercancías crea.

A medida que se valoriza el mundo de las cosas se desvaloriza, en razón directa, el mundo de los hombres".

En la medida que inscribía la diferencia en mi pensamiento, me encuentro a dos escritores  norteamericanos de notable sujetos de la escritura, uno se llama Fredric Jameson con su trabajo El marxismo realmente existente y a Mark Poster con su Foucault. El Marxismo y la Historia en Edt Paidos Studio.

Poster, neo nietzscheano, interpreta a Karl Marx en el estudio que lleva a cabo sobre Foucault y, sobre la enajenación, dice lo siguiente: La premisa del trabajo contiene en sí una su premisa hegeliana: el campo social consta de sujetos (trabajadores) y objetos (materia), y la interacción de ambos tiene como resultado la transformación de los dos (...) En lo referente a la alienación, la crítica estructural de Marx sostiene que dentro de este modo de producción la relación sujeto-objeto resulta invertida. El trabajador se convierte en el objeto de la máquina, en la medida en que el hombre pierde el control del proceso de trabajo. O, en lo que toca a las características creativas del sujeto, la esencia de la especie humana se ve frustrada porque las características creativas del sujeto quedan subordinadas a su objetivo, la necesidad material de sobrevivir. Los seres humanos, lamentablemente Marx, trabajan para vivir, no para ejercitar su material creativo; el trabajo no es disfrute, realización o satisfacción, sino necesidad y agotamiento. (Poster, Mark (1987) Foucault. El marxismo y la historia Argentina. Edt. Paidós.

En consecuencia, desde la escena de la Teoría de la Recepción, nos encontramos con un pésimo y degradante nivel de Competencia Lectora desde una instancia molecular sin ningún asidero molar o institucional del llamado Socialismo del S. XXI.

El principal referente ideológico, Partido de los Trabajadores se desmarca, aparentemente, del sinuoso cocktail de forajidos y fallidas acciones de una cadena de mando sin objetivo histórico alguno, solo demostrar su desnivel represivo patente visualmente, en las acciones reductivas llevadas a cabo, es por eso que se habla tanto de Derechos Humanos, porque ya no existen.

El ideario vigentemente elocuente, afirma que los Partidos comunistas se mantienen en el poder sin el consentimiento de los gobernados, manteniendo así un régimen de terrorismo de "Estado" y violencia psíquica a través la represión política, policía secreta, la propaganda difundida a través de los aparatos mediáticos a su servicio.

El Exceso de Nacionalismo deriva en Fascismo.

Si la inoperancia tergiversada desde una "tribuna" enajenada, busca subordinar por la fuerza todas las esferas de la sociedad a su visión reductiva y reactiva de flujos segregativos a la diversidad molecular de lo social, nos encontramos así en un "Estado" totalitario que proyecta, a su imagen y semejanza, lo que ejecuta en forma de transferencia, desde un escenario mórbido y enajenado de su condición como tal.

Por lo tanto, cualquier flujo de positividad en su organismo social, queda suprimido como manifestación sumisa y "obediente'.

Fascismo y Máquina Despótica Panóptica

Sin ocultamiento, deja entrever su grado  histérico y en su develar se auto-designa abiertamente como totalitario, pero sin reconocerse, ya que en su falsa consciencia habita el sentido de cosificación, alienación y enajenación, situación que impide cualquier diálogo, ya que está atravesado bajo la forma de un culto a la personalidad (Súper Ego) que asegure por presión y re-presión social la subordinación de todas las jerarquías al "lider" de las amorfas "masas" que acostumbradas a obedecer, no sentirán su dependencia sumisa, ya no a un LIDER, sino a un AMO.

En conclusión, el totalitarismo es la ideología del poder absoluto. El socialismo, el comunismo, el nazismo, el fascismo y el fudamentalismo islámico han sido los ropajes más recientes. Los "gobiernos" totalitarios han sido su instrumento.

LA MÁQUINA ABSTRACTA

La máquina Abstracta posee intrínsecamente, una facultad cuyo devenir es de flujos activos, torrentes pulsionales, chorreos dinámicos y diferenciales. Sus estatutos giran en torno a lo activo y positivo en sus caudales. Está íntimamente ligado a la noción de Deseo.

Para Gilles Deleuze el deseo no es una existencia psíquica, ni una carencia, sino una realidad activa y positiva, una fuerza vital afirmativa(ver: Rizoma. Mil Mesetas. Deleuze/Guattari)

El deseo no tiene objeto ni sujeto.

1.- El Deseo es una Voluntad (Nietzsche) que ordena desde el interior y en forma inmanente.

2.- El Deseo es un afecto, en oposición a sentimiento.

3.- La prohibición refuerza el deseo aún bajo la forma de una transgresión.

4.- Las máquinas deseantes son el lugar de esa producción. Para Deleuze y Guattari, cada máquina es una máquina conectada a otra máquina

5.- Cada máquina funciona como una interrupción en el flujo en relación con la máquina a la que está conectada, pero al mismo tiempo es también un flujo en sí misma, o la producción de un flujo.

Si en la máquina totalitaria, salvaje, despótica, el "ideal" es luchar por la esclavitud, como si está fuese su libertad (Spinoza), en la máquina abstracta, el ideal de libertad se conmemora en flujos y acciones afirmativas, solidarias, bajo el manto del afecto, el respeto y la dignidad.

Lo despótico acaba con el ideal monárquico, con lo molar institucional, con la República, con la Nación, con la Constitución e imponer el personalismo, sustituye a Dios y se coloca en su lugar, hace pacto con el crimen organizado y devora todo a su paso, asesina, encarcela, difama, calumnia, objeta sin sentido, es malcriado, mesiánico, morboso, sin escrúpulos, su razón es impositiva, destructiva, sus "sueños" producen monstruos, oxidada, sin pliegues, es lisa, guabinosa, ni siquiera ambigua ni disyuntiva.

El investigador Carlos Rojas Osorio lo define caosmicamente: (Caosmosis: Félix Guattari)

La economía capitalista organiza la necesidad, la escasez, la carencia. El objeto depende de un sistema de producción que es exterior al deseo. El campo social está atravesado por el deseo. La máquina social es también producción deseantes. Solo hay deseo y lo social, nada más. Freud lo vió pero fué Wilhelm Reich quien asoció correctamente la represión general con cada una de las máquinas deseantes(ver: Jacques Donzelot: La policía de las familias y Wilhelm Reich La Psicología de Masas del Fascismo, Driss Bellahcène Elogio de la discontinuidad. Michel Foucault o la apertura de la historia a la verdad)

En consecuencia, en lo distópico, neo totalitario, despótico, salvaje y barbárico ya no hay nada que buscar, ya que en si es una representación inefable, decir que es un sin sentido es ofender a Maurice Marleau Ponty en su Sentido y Sin sentido e incluso, a Cervantes Saavedra con sus dos inmortales personajes de ficción que habitan nuestro lenguaje inconsciente.

El llamado eje del mal hay que contrarrestarlo a toda costa.

Las enajenadas figuras de carne de cañón, manipuladas; quien se restea de los personalismos mesiánicos en caudal de dinero enajenado, si la figura del "Capital" les "oxigena" una "ilusión" o como el mundo verdadero se les convirtió en una pesadilla con los ojos abiertos.

Huir hacia atrás, provocando una guerra Difusa sin cuartel, es ir contra ellos mismos. Ese Rizoma posee una mala y pésima lectura sin haberlo leído. Los lineamientos del Foro de Sâo Paulo no los tomaron en cuenta, la izquierda global no expone motivos argumentativos, silenciados por el asombro de un grupúsculo mafioso sin ideología y menos, competencia lectora.

Nosotros no hablamos de otra cosa: las multiplicidades, las líneas, los estratos y segmentaridades, líneas de fuga e intensidades, los agenciamientos maquínicos y sus diferentes tipos, los cuerpos sin órganos (A. Artaud y Los Tarahumaras) y su construcción, su selección, el plano de consistencia, las unidades de medida en cada caso. Los estratómetros, los deleómetros, las unidades CsO de densidad, las densidades CsO de CONVERGENCIA no solo cuantifican la escritura, sino que la definen como algo que siempre es la medida de otra cosa. Escribir no tiene nada que ver con significar, sino con deslindar, cartografiar, incluso, futuros parajes. (RIZOMA Introducción. Gilles Deleuze)

En conclusión, la patología circundante en el sistema reductivo de una cadena de mando distanciada de gobernabilidad, auto-destructiva, sin horizonte de sucesos, impregnada de palabrerías cuyo lenguaje mínimo no anuncia, no significa, no dice nada, no designa, los conduce a ellos por un camino tortuoso, cuyo porvenir es inconcluso, cuando ya devorados sean deglutidos por una máquina abstracta, que aunque no se ve, la perciben y sienten.

Editado por los Papeles del CREM, 10 de noviembre del año 2024. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca. [email protected]

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