Sociología del éxodo I - Tomás Páez: “La diáspora construyó una geografía que llegó para quedarse”

Venezuela ya ronda un éxodo forzado de 9 millones de ciudadanos esparcidos por todo el mundo. Ha sido un desplazamiento comparado con países en guerra y ampliamente tratado desde la sociología, tanto venezolana, como desde otras latitudes.
El país había sido siempre receptor de migrantes. Hoy es todo lo contrario, una nación rota que expulsa a venezolanos hacia el resto de América y Europa mayoritariamente.
Tomás Páez Bravo es sociólogo, catedrático e investigador de la UCV y además coordina el Proyecto Global de la Diáspora Venezolana. Ha estudiado y analizado no sólo los movimientos de venezolanos, sino las experiencias en otros países para prefigurar comportamientos.
La sensación de un posible cambio político en Venezuela plantea interrogantes sobre los retornos, su factibilidad e incluso sus números.
Páez reconoce que, bajo ese escenario sí se podrían iniciar flujos de retorno, pero prefiere no pronosticar sobre si serán o no masivos.
“Se trata siempre de un hecho individual, aunque se estén consolidando las esperanzas de construir un país mejor”
El investigador sostiene que los porcentajes de retornos de migrantes, que han sido estudiados alrededor del mundo, indican que las cifras pueden estar en torno al 30 0 40%, no obstante esas métricas documentadas no tienen por qué calzar al caso venezolano.
“Y no tendría que darse todo de golpe tampoco”
Las propias dinámicas de esa diáspora que ya ha comenzado a instalarse en otros países, que han llevado a conformar familias, a tener hijos con otras nacionalidades, a estar los padres en trámites de una nueva nacionalidad, con buenos trabajos, a adquirir viviendas, educación, seguridad, piensa, que marcará cualquier decisión de esos venezolanos que ya han construido o han empezado a construir en otros países, pero también el hecho de que cada familia o individuo puede analizar que, pese a un cambio político y gane la presidencia Edmundo González Urrutia, no será indicador para que se genere un retorno masivo.
La gente sabe que la mejora no será inmediata. Páez ve menos probable que esos segmentos regresen.
“Pero eso no significa que entre ellos no haya la disposición de cooperar en la reconstrucción de Venezuela”.
En lo que sí confía el catedrático es que, de concretarse un cambio del 28 de julio, pueda minimizarse la salida de venezolanos del país.
La migración es ganancia
Tomás Páez asegura que la diáspora ha construido una “nueva geografía”, una geografía que llegó para quedarse.
“La presencia de venezolanos y de Venezuela, por tanto, en todo el mundo, ya es construcción. La denuncia constante y la defensa constante de los Derechos Humanos en Venezuela y de los miembros de la diáspora en los países de acogida”.
Y agrega que también esa misma diáspora nucleada, que mapean ya en más de mil 300 organizaciones logra que los parlamentos de los países receptores, que gremios y que la prensa se pronuncie y haga seguimiento al caso venezolano.
“Están construyendo nuevas relaciones en el mundo de la salud o en el mundo de la salud mental. Proyectos que están en marcha con gobiernos locales, con asociaciones de la sociedad civil, etc, con los empresarios, ya es un trabajo que se viene realizando. La diáspora no está a la espera a ver qué sucede después del 28 de julio, es que ya han venido prefigurando. Son parte de este proceso de transformación de Venezuela”, precisa Páez.
Y reconoce que esa diáspora organizada se ha convertido en un factor importante de la geopolítica propia de Venezuela con maneras distintas, pero efectivas. El sociólogo señala que están llevando cultura, metodologías, conocimiento, ciencia, emprendimientos y experiencias que son aprovechadas.
Escenario de mayor conflicto
Para el sociólogo, el Gobierno de Maduro ya ha crispado a sus antiguos aliados, sobre todo con las más recientes declaraciones sobre los “baños de sangre” si llegara a perder. Reaccionaron Lula, de Brasil, y Alberto Fernández, de Argentina, pero ya otros se han pronunciado, Boric, desde Chile y Petro desde Colombia, los discursos de esos líderes ya no representan un respaldo absoluto, temen que Maduro termine por mancharlos. “Están en alerta amarilla”, y además está fresco en la memoria de los países y gobiernos de acogida de la migración venezolana, las hostilidades del propio Gobierno venezolano al negar o imposibilitar documentación para los migrantes.
Páez cree que, de darse una avalancha de votos en favor del cambio, el equipo de Nicolás Maduro la tendrá difícil para desconocer los resultados, un escenario que elevaría a niveles inciertos la conflictividad interna, y una nueva ola de migraciones que, según sondeos citados por el Diario El País de España, rondaría automáticamente un 22% de la población que ya tiene planes de salida, una reacción que claramente aumentaría aún más la presión de gobiernos de la región en contra del chavismo.
“En ese caso la diáspora hará lo que tiene que hacer siempre y lo que ha venido haciendo a lo largo de 20 años, denunciando, mostrando el caos”.
—-DATOS ACTUALES DEL PROYECTO GLOBAL DE LA DIÁSPORA—
Migrantes en el mundo: 9 millones
Países: 90 países
Ciudades: + de 400 ciudades
Municipios: + de 1500
Organizaciones: 1300