Celebraciones en Damasco tras caída de Al Assad: “Esperábamos este día desde hace mucho”

La madrugada del domingo marcó un momento histórico en Siria: los rebeldes del grupo insurgente Hayat Tahrir al-Sham (HTS) tomaron el control de Damasco, declarando la caída del régimen de Bashar al-Assad, y miles de sirios salieron a las calles a celebrar el fin de una dinastía que gobernó con mano de hierro desde 1971.
En un comunicado emitido tras el ingreso a la capital, los insurgentes proclamaron el fin de "50 años de opresión bajo el partido Baaz" y llamaron a los sirios en el exilio a regresar a una "Siria libre".
El líder de HTS, Abu Mohammed al-Jolani, pidió orden en medio de las celebraciones. “Está estrictamente prohibido acercarse a las instituciones públicas, que permanecerán bajo supervisión hasta su entrega oficial”, declaró en un mensaje difundido por Telegram.
También exhortó a evitar disparos al aire, una práctica común en las celebraciones de la región.
Imágenes que circularon en redes sociales mostraron a ciudadanos subiéndose a tanques abandonados y festejando en las calles de la capital.
In the town of Sahnaya, in the Damascus countryside, Syrian Christians are celebrating the fall of the regime.
"One, one, one, the Syrian people are one" they chant pic.twitter.com/DnNx1FWl3Q— Leila Al-Shami (@LeilaShami) December 8, 2024
Decenas de personas se congregaron en la icónica plaza de los Omeyas, coreando “Allahu Akbar” mientras disparos al aire se mezclaban con gritos de júbilo.
“Esperábamos este día desde hacía mucho tiempo”, dijo entre lágrimas Amer Batha, un residente de Damasco, quien aseguró a la agencia AFP no poder creer que estuviera viviendo este momento.
La caída de estatuas de Hafez al-Assad, padre del ahora derrocado dictador, se ha convertido en un símbolo del cambio. En videos difundidos, manifestantes derriban y pisotean estos monumentos en señal del fin de décadas de gobierno autoritario de la familia Assad.
En otra escena conmovedora, jóvenes fueron captados rezando juntos antes de estallar en gritos y saltos de alegría, mientras la noticia de la caída del régimen se expandía por el país.
Abu Mohammed al-Jolani, en su mensaje a los sirios, proclamó la victoria como un logro divino y llamó a sus fuerzas a actuar con humildad y respeto hacia la población. “Deben ser los mejores soldados, como nos ha descrito el enviado de Dios. Protejan las instituciones públicas y sus propiedades, ya que son del pueblo”, afirmó.
El líder insurgente prometió que la revolución, considerada por él como “la más grande que ha conocido la historia”, continuará para consolidar un futuro próspero para Siria.