El diario plural del Zulia

Caravana de migrantes regresa a Venezuela por "miedo" a no poder ingresar a EE. UU.

La decisión de desistir de su travesía hacia Estados Unidos responde a las políticas de deportación implementadas por Trump. Agentes de la policía fronteriza discutieron con el grupo, pero el incidente no pasó a más. Los migrantes se subieron a autobuses para ser llevados a un albergue en la frontera

La angustia y la desesperación invade a miles de migrantes venezolanos luego de que fuerzas de  seguridad panameñas bloquearon el avance de una caravana que habían cruzado desde Costa Rica con la intención de regresar a sus país de origen.

La decisión de desistir de su travesía hacia Estados Unidos responde a las dificultades del trayecto y a las políticas de deportación implementadas por la administración de Donald Trump.

A cinco kilómetros de la frontera de Paso Canoas, un grupo de antimotines obligó a la caravana a retroceder a territorio costarricense para someterse a un proceso de repatriación ordenado.

“Fuimos a buscar un sueño y una misión que no se pudo cumplir y ahora vamos de regreso a casa de nuevo”, dijo un migrante que no se identificó, en una carretera de Paso Canoas, unos 365 km al suroeste de Ciudad de Panamá.

Agentes de la policía fronteriza discutieron con el grupo, pero el incidente no pasó a más. Los migrantes se subieron a autobuses para ser llevados a un albergue en la frontera.

“Nosotros lo que queremos es pasar, irnos a nuestro país”, dijo a AFP el venezolano Andrés Paredes, quien regresa por “miedo” a sufrir hambre y dormir en las calles durante el camino para finalmente no poder entrar a Estados Unidos.

Momentos antes de este incidente, los ministros de Seguridad de Costa Rica, Mario Zamora, y de Panamá, Frank Ábrego, habían acordado que los migrantes serían enviados a un albergue en territorio costarricense.

En el albergue serán sometidos a controles biométricos para descartar antecedentes penales y luego serán enviados en autobús a Panamá para su repatriación "por vía aérea o marítima", según un comunicado del Ministerio de Seguridad de Panamá.

Muchos de estos migrantes ya habían cruzado en semanas o meses previos la peligrosa selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia. Según cifras oficiales, en lo que va de año, unas 2.500 personas han atravesado esta ruta, lo que representa una caída del 95 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, ese número cayó a más de 300.000 en 2024, una situación que el gobierno panameño vinculó a las nuevas políticas migratorias impulsadas por el nuevo mandatario, José Raúl Mulino, entre las que se encuentran los vuelos de repatriación financiados por Estados Unidos.

El pasado lunes, dos vuelos venezolanos de la aerolínea estatal Conviasa salieron de Fort Bliss, en Texas, donde se encontraban recluidos los migrantes venezolanos sujetos a deportación.

Cada aeronave transportaba a 95 migrantes, según declaraciones ofrecidas por el ministro de Justicia Diosdado Cabello, quien señaló que los venezolanos serán sometidos a chequeos médicos y que revisarán casos en los que haya antecedentes penales.

La Casa Blanca también confirmó el inicio de los vuelos de repatriación y agregó que el enviado especial del presidente Donald Trump, Richard Grenell, estuvo supervisando el proceso según una publicación en redes sociales.

Grenell viajó a inicios de febrero a Caracas para reunirse con  Nicolás Maduro. Allí, según se anunció, Venezuela aceptó recibir a todos los inmigrantes irregulares venezolanos capturados en Estados Unidos.

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