El hombre y su circunstancia

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Esto es, para nosotros, la traducción de la confianza en el trabajo periodístico de Versión Final.
Siempre hemos apostado por un periodismo serio, equilibrado, combativo e incisivo para mantener los principios de nuestra labor social.
Maracaibo, nuestra ciudad madre, es un espacio natural para desarrollar historias propias, además de ser un epicentro informativo nacional. No en vano es la capital del estado Zulia, el primer estado en importancia demográfica, cuya política tiene el poder de influir en los rumbos nacionales.
Por ello, hoy transmitimos en este editorial una información contrastada que, en los próximos días, tendrá un impacto significativo en el futuro político de Maracaibo.
Hace 88 días, el alcalde electo Rafael Ramírez Colina, quien ganó en los comicios regionales de 2021, fue víctima de un modelo de justicia diseñado para servir a un proyecto político.
Sus derechos como ciudadano fueron vulnerados; se difundieron grabaciones polémicas en las que era entrevistado por funcionarios del gobierno en un ambiente que parecía de coacción.
El autoritarismo se impuso, atropellando el debido proceso judicial.
Sin embargo, no se trata solo de Rafael Ramírez Colina. Ahora también se desarrollan acciones contra Adrián Romero, el alcalde en funciones que lo sustituyó tras su detención.
La diferencia radica en que a Rafael Ramírez lo procesan los poderes públicos, mientras que a Adrián Romero buscan torpedearlo desde las propias filas de su partido, Primero Justicia.
Romero asumió el cargo el 10 de octubre pasado, tras ser designado por el Concejo Municipal de Maracaibo con 9 votos a favor de los partidos aliados de la Unidad Democrática y 4 abstenciones del PSUV.
No perdió tiempo en dirigir la Corporación Municipal para que no se detuviera en medio del caos político-judicial.
Ha demostrado ser un gestor eficiente, centrado en responder a las necesidades de una ciudad que urgía soluciones, desde el funcionamiento de organismos hasta los servicios básicos.
Romero se ha destacado más como servidor público que como un político al servicio de intereses partidistas.
Su gestión administrativa se ha enfocado en atender los problemas cotidianos de los maracaiberos, brindando transparencia, algo que ha obligado a los poderes nacionales a no encontrar motivos para intervenir en la corporación edilicia.
Pero esto parece incomodar y herir egos en su propio partido.
Dentro de Primero Justicia hay dirigentes más interesados en pugnas internas que en apoyar la gestión de un administrador que ha demostrado honestidad y compromiso como servidor público.
Adrián Romero “no movió un dedo” para ocupar la responsabilidad de Rafael Ramírez. Su designación fue una decisión estratégica para alejar la administración de un partidismo excesivo y orientarla al servicio de los maracaiberos.
Fue un hombre que respondió a las circunstancias.
¿Está dispuesto el gobierno municipal a asumir el riesgo de que el Ejecutivo Nacional y los poderes públicos vuelvan a intervenir en la Alcaldía de Maracaibo?
¿Es eso lo que merecen los ciudadanos?
Si hacemos retrospectiva, cabe también preguntar: ¿Solo Primero Justicia ganó esa elección municipal, o fue el resultado de una alianza de partidos y del voto de un 80 % de electores independientes?
¿Podrían las pugnas internas de los partidos boicotear la gestión que Romero está salvando para Maracaibo? ¿Han considerado la opinión de quienes hicieron posible la victoria opositora en Maracaibo en 2021?
Las prácticas de la vieja política, repetitivas y agotadoras, utilizan los votos para alcanzar el poder, solo para luego imponer el sectarismo como norma. Allí es donde se debilitan o mueren las democracias reales, dando paso a formas de gobierno tercermundistas y populistas.
Como medio, denunciamos estas prácticas, pero también reconocemos los avances. Por eso continuaremos narrando los hechos, destacando los nuevos liderazgos —sean efectivos o no—, y contando las historias de nuevos rostros, aportando desde el periodismo puntos de vista que nos orienten hacia mejores políticas y una modernidad democrática, republicana y federal.
Carlos Alaimo
Presidente Editor