Raúl Rodríguez Finol: el “Maestro de la danza nacionalista 2025” que llena de orgullo al Zulia

El Zulia tendrá oficialmente esta semana a su “Maestro de la danza nacionalista 2025”, puesto que el profesor Raúl Rodríguez Finol recibirá el sábado 7 de junio la distinción de parte del Consejo Venezolano de la Danza Nacionalista (Covedan), bajo la presidencia de Yolanda Moreno, “la bailarina del pueblo”.

Será así como el maracaibero iniciará la celebración de sus 50 años de trayectoria artística, cinco décadas donde mantiene la creación de un legado basado en los aportes brindados al género musical y que se verán reflejados en la entrega de este premio desde las instalaciones del Teatro Municipal de Puerto Cabello, en Carabobo.

Sobre el reconocimiento, Rodríguez Finol manifestó en una entrevista con Versión Final su alegría. “Ser maestro de danza nacionalista en estos momentos es un mérito grande porque ya solo el hecho de llamar maestro a un profesional de cualquier rubro, es algo bastante fuerte”, refirió el actual director de la Compañía Internacional Danzas Típicas Maracaibo.

“Me siento orgulloso porque estoy entre los grandes maestros como Argenis Gonzales, Franklin y Yolanda Molero, personas que han trabajado por la danza en Venezuela. Ya es como el título mayor dentro de nuestra profesión”, agregó el zuliano.

Raúl también narró un poco de la experiencia que vivió al enterarse de la otorgación de esta certificación. Detalló que al principio no lo podía creer y que le debieron realizar un segundo llamado para confirmar su asistencia.

“Todos los miembros dijeron que sí. Me sorprendió que todas las personas tuvieran el criterio de mi elección porque uno trabaja y trabaja. El bailarín es quien labora para sentirse bien y alcanzar algo bonito”, precisó, a la vez que agradeció a los integrantes de la Covedan por tomarlo en cuenta.

“La danza salva”

Este galardón a su trabajo, además, lo hace viajar al pasado y a recordar a su madre, quien lo llevó por primera vez a una salsa de baile.

“Gracias a la iniciativa de mi mamá que me inscribió en un centro cultural donde nos rotaba. Pasé por pintura, escultura, títeres, teatro hasta que llegué al salón de danza el 24 de junio de 1976. Ahí me enamoré de la danza y hasta el sol de hoy es mi profesión, pasión y trabajo”, contó.

Raúl Rodríguez Finol resaltó que la danza salva. Y que es algo que “enseña a ser disciplinado, responsable y una persona que teje un proyecto”.

“Son muchas enseñanzas que me han dejado, varios países y escenarios visitados. Vas dentro de todo el proceso aprendiendo”, agregó, al tiempo que comentó que también tiene la satisfacción de ver a otro crecer.

“Son cosas que la vida te da por el esfuerzo y por el trabajo que haces. Ver tanta gente que ha participado contigo (…) No es la edad, no es el propósito, son las ganas de hacer las cosas, son las metas de vida y son objetivos que ayudan al país”, argumentó.

El querido maestro precisó que de los 75 años de la danza nacionalista en Venezuela, él ha recorrido 50 años entre zapateo, innovación y aprendizajes. “Es algo maravilloso porque cada vez vamos agregando y superando límites en un mundo que cambia a través del tiempo y esto da ganas de seguir”.

En el Zulia reina la danza nacionalista

Además, enfatizó que su mayor meta es “llevar la danza a un nivel donde todo el mundo pueda apreciarla”.

En reiteradas oportunidades, Raúl dijo a Versión Final sentirse orgulloso de haber podido haber dejado un legado dentro de muchos corazones e instituciones dancísticas del Zulia y Venezuela. “Cuando yo comencé  a montar coreografías de la danza nacionalista, le di un giro de 360 grados. De venir de una coreografía cuadrada a pasar la puesta a algo más escénica”, reconoció.

Al ser cuestionado sobre el impacto de la danza en el estado petrolero, afirmó que el Zulia cuenta con 396 escuelas de este género.

“Eso dice que la mayor población de bailarines que existen en el Zulia es de danza nacionalista. Eso te da una fuerza porque el mensaje está llegando a los jóvenes. A la gente le gusta y a los chicos que quieren hacer cultura les encanta. Me siento maravilloso y feliz. El trabajo que yo inicié, querer queriendo, ya llegado a límites mayores, de verdad pasa fronteras”, finalizó con un tono de entusiasmo y satisfacción.