Hasta 10 dólares piden por un cuarto en residencias estudiantiles

Desde hace una semana, Karla Soto, de 18 años, busca con persistencia una habitación en una residencia estudiantil de Maracaibo que se adapte a los ingresos de su padre, quien se desempeña como obrero y realiza viajes de mudanza y materiales de construcción en su camión, para obtener dinero extra.
La estudiante del primer semestre de Bioanálisis en la Universidad del Zulia (LUZ), pensó que alquilar un cuarto con Wi-Fi, nevera y cocina, resultaría más económico que cancelar los pasajes diarios a su hogar en Ciudad Ojeda, en la Costa Oriental del Lago (COL), que cuestan 40 mil bolívares -Bs. 80 mil, ida y vuelta-.
La joven consiguió un lugar individual en el barrio Los Olivos, del cual no dudó en irse de prisa. Se escandalizó al escuchar que debía disponer de 10 dólares mensuales -equivalentes a 2 millones 660 mil bolívares, al cambio-. “Ni siquiera entré a la habitación. Es algo irreal que pidan tanto dinero por un cuarto”.
Sus otras opciones son habitaciones compartidas. Los precios oscilan entre 200 y 300 mil bolívares, pero le exigían un mes de mensualidad y depósito en efectivo por adelantado.
La escasez del papel moneda impide que la joven pueda alquilar el cuarto porque los arrendatarios se negaron a recibir el pago electrónico. Karla sigue buscando una habitación, mientras estudia la posibilidad de abandonar los estudios y regresar a su hogar, tal como lo hizo su compañera hace una semana. “Ella era de la Villa del Rosario y sus padres no podían seguir costeando sus gastos: comida, residencia, transporte, copias de guías y materiales, por eso abandonó sus estudios”, detalló.