Pacientes con párkinson no encuentran sus medicinas

Servirse un vaso de agua o cortar verduras sin hacerse daño es complicado para Ivón Martínez, paciente de Neurología, por sufrir de Mal de Parkinson. Es de escasa expresión facial. El insomnio, la pérdida del sentido del olfato y la depresión son otros de sus síntomas.
“Parálisis agitante” es el nombre que otorgó a esta afección el neurólogo británico Jones Parkinson en 1817; debido a que una persona con Parkinson puede presentar movimientos involuntarios y rigidez en su cuerpo al mismo tiempo.
En 1997, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió que el Día Mundial de lucha contra el párkinson se celebraría todos los días 11 de abril, en conmemoración al nacimiento de Jones.
Héctor de la Hoz, neurólogo con 27 años de experiencia, explica que el parkinson es una enfermedad degenerativa (progresiva) del sistema nervioso central. Se produce por un déficit de dopamina, neurotransmisor que envía información de una neurona a otra y que resulta importante para la función motora del organismo.
El galeno detalla que el cerebro cuenta con “estructuras profundas” llamadas ganglios basales; una de estas es la “sustancia negra”, donde se encuentran las neuronas que tienen dopamina. Pero en las personas con párkinson las células enfermas pierden dicha sustancia.
La degeneración se debe a factores genéticos. “Genéticamente el paciente está condicionado a presentar la enfermedad y se dice que además hay una influencia del ambiente que hace que se manifieste”, apunta el especialista. El doctor coloca el ejemplo de una familia de cinco hermanos de los cuales solo dos tienen párkinson: “Todos poseen la carga genética, pero el ambiente infuyó para que se expresara en unos y en otros no”.
Los síntomas comunes
De la Hoz apunta que existen síntomas motores y síntomas no motores: “Los síntomas motores son los que llaman más la atención, como el temblor, la rigidez y la disminución de la habilidad motora y los no motores, de los cuales no se hablaba hace cien años, son insomnio, disminución del olfato, constipación (estreñimiento), depresión y déficit cognitivo (comienza a olvidar)”.
No en todos los individuos esta condición cerebral se presenta de la misma forma. En algunos pacientes el temblor corporal puede ser más intenso en comparación con otros; mientras que para algunos lo prevalente puede ser la rigidez. La enfermedad no se diagnostica mediante exámenes, sino por evaluación de los síntomas y estudio de la historia clínica de la persona.
Para el párkinson no existe un fármaco que lo prevenga, solo medicinas para controlarlo. “Recordemos que es degenerativa y que por tanto no se puede prevenir. Pero si el tratamiento se comienza a tiempo los resultados son favorables”, indica el médico.
Hábitos positivos
Aprender un idioma, cambiar de mano el reloj y emplear la mano izquierda son algunas estrategias para activar el otro hemisferio cerebral y que el nivel de déficit cognitivo de un paciente sea menor. “Es llamada estimulación neurocognitiva”, comenta el neurólogo zuliano.
De la Hoz asegura que quienes lleven una vida saludable y además se sometan a control médico pueden hacer su vida normalmente.
“Tengo pacientes que llevan una vida normal”, destaca.
Fármacos escasos
Algunos medicamentos para el Parkinson —llamados agonistas dopaminérgicos— resultan difíciles de conseguir. Así lo expresa Floralci Chacín, cuya madre, María Ernestina Viloria, de 83 años, tiene párkinson diagnosticado desde hace un año.
María Ernestina cuenta con óptimas facultades mentales y muy buena memoria. Solo su pulso tiembla y sus medicinas le ayudan en gran manera.
Pero el akinetón no lo consiguen desde hace seis meses.
“El sinemet sí se consigue. La última vez que lo vi, hace unos meses, valía 12 mil bolívares. Pero yo lo adquiero mediante el convenio que tiene el Gobierno nacional con Farmatodo, así se encuentra en apenas ocho bolívares”, expresa. Añade que aun así en esta cadena de farmacias solo le permiten comprarlo una vez al mes y a veces no hay. “Tenemos que comprar un poco más de la dosis que requiere para que tenga de más”, dice. Esta es la realidad de los pacientes venezolanos.