El diario plural del Zulia

Ángel R. Lombardi Boscán | Psicopatía en la historia

Para Carlos Rondón, siempre solidario

Personas enternecidas no pueden comprender los dictados de El Príncipe (1532) de Maquiavelo. El poder está en manos de depredadores. Criaturas sin empatía por el prójimo y viviendo de la crueldad. Además, el poder en exceso enferma y hace aún más crónico el padecimiento delirante de ególatras sin perdón.

Son muy pocos los historiadores expertos en los temas emocionales vinculados con la salud mental. Psicópatas, sociópatas y narcisistas pueblan los liderazgos que han conducido a la humanidad al horror. Los empáticos y sanos no parecen tener las ventajas necesarias para liderar.

Tampoco nos precavemos de poner límites a la marcha de la locura y sus infinitos desmanes. En primer lugar, la guerra; y más luego, los sistemas totalitarios que esclavizan a multitudes.

Aunque no se vaya a creer, también hay psicópatas que acceden al poder muy democráticamente, y más luego, lo dinamitan todo. Una referencia “ilustrada” es Adolfo Hitler. Otras más agrestes pueblan los trópicos caribeños.

“Al principio, sonríe y saluda a todo el que encuentra a su paso, niega ser tirano, promete muchas cosas en público y en privado, libra de deudas y reparte tierras al pueblo y a los que le rodean, y se finge benévolo y manso para con todos [...] Suscita algunas guerras para que el pueblo tenga necesidad de conductor [...] Y para que, pagando impuestos, se hagan pobres y, por verse forzados a dedicarse a sus necesidades cotidianas, conspiren menos contra él [...] Y también para que, si sospecha de algunos que tienen temple de libertad y no han de dejarle mandar, tenga un pretexto para acabar con ellos entregándoles a los enemigos [...] ¿Y no sucede que algunos de los que han ayudado a encumbrarle y cuentan con influencia se atreven a enfrentarse ya con él, ya entre sí [...] censurando las cosas que ocurren, por lo menos aquellos que son más valerosos? [...] Y así el tirano, si es que ha de gobernar, tiene que quitar de en medio a todos estos hasta que no deje persona alguna de provecho ni entre los amigos ni entre los enemigos”.

Platón (427-347 a. C.): Politeia, págs. 562a-570c.

La actualidad de la antigüedad nos conmueve desde un escalofrío intenso. Lo que dice Platón es la radiografía del psicópata de ayer y hoy.

Iván El Terrible.

La pobre gente que vivió y padeció, dentro de la llamada Cortina de Hierro (1945-1989) de los países comunistas, saben bien lo que es lidiar con estos trastornados. Hay un psiquiatra polaco, Andrzej Łobaczewski (1921-2008), quién acuñó el término “Patocracia”. Que no es otra cosa que el gobierno de lo patológico. Tiranos narcisistas y antisociales que matan y oprimen sin remordimientos a gente normal. Y desprevenida.

Como complemento a esto Łobaczewski también se refiere a la “Ponerología”, como el estudio o la ciencia del mal. El Diablo y sus misas negras, vigente.

“¿Nos gobiernan los psicópatas? ¿Estamos en manos de narcisistas que sólo piensan en su propio beneficio? ¿Nuestros líderes son personas sin empatía y, en ocasiones, con rasgos de crueldad? La respuesta es rotundamente sí.” Esto es del psicólogo Steve Taylor de la Universidad de Manchester.

Y más adelante agrega: "Una de las características de los líderes desconectados: nunca quieren dejar el poder, se convierten en adictos al poder y, con frecuencia, tratan de desmantelar la democracia porque ésta limita su poder".

Los venezolanos sabemos mucho de esto.

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