AP: Congelación de ayuda exterior por parte de Trump aumentaría fuerza de regímenes autoritarios

El presidente Donald Trump, en el inicio de su mandato, decidió congelar la ayuda exterior durante 90 días, justificando esta medida como necesaria para eliminar el despilfarro y detener los gastos que considera "woke", que no se alinean con los intereses de Estados Unidos.
Sin embargo, expertos advierten que esta suspensión podría tener consecuencias más graves al fortalecer a regímenes autoritarios. Anualmente, Estados Unidos destina miles de millones de dólares en ayuda exterior, cifra que supera la de cualquier otra nación, incluyendo críticas subvenciones a grupos que promueven la democracia en naciones autocrática, reseñó la AP.
Entre las organizaciones que se verán afectadas por la falta de financiación se encuentran aquellas que han trabajado en la formación de trabajadores electorales en Venezuela para detectar fraudes, así como activistas prodemocráticos en países como Cuba y China, y un grupo de exiliados bielorrusos que intentó impedir el triunfo de un dictador en elecciones cuestionadas.
Thor Halvorssen, fundador de la Human Rights Foundation, afirmó: “Recortar la financiación de estos esfuerzos esenciales envía una señal equivocada a las dictaduras y socava a los valientes individuos que luchan por la libertad. Estas inversiones concretas no solo deben restablecerse: deben priorizarse”.
Este año, el Congreso de Estados Unidos aprobó al menos 690 millones de dólares para programas destinados a contrarrestar el autoritarismo en ocho países considerados entre los menos libres del mundo: Bielorrusia, China, Cuba, Irán, Nicaragua, Corea del Norte, Rusia y Venezuela. La mayor parte de estos fondos se gestionan a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que ha visto despidos masivos en el contexto de una creciente campaña de recortes de gasto.
Trump, al anunciar esta medida, estableció que la evaluación de la ayuda exterior dependería de si contribuye a hacer a Estados Unidos “más seguro, más fuerte y más próspero”. No obstante, la celebración de los líderes autoritarios se ha intensificado desde el anuncio: en Venezuela, Diosdado Cabello, jerarca del gobernante partido socialista, se refirió a la ayuda de Usaid como una "caja negra de corrupción" que planean investigar.
En Nicaragua, medios afines al presidente Daniel Ortega manifestaron que “Trump cerró el grifo” a "terroristas", mientras que en Irán se insinuó que Estados Unidos trataba a sus aliados como "pañuelos desechables".
La congelación afectará también a periodistas y organizaciones que han denunciado la corrupción en Venezuela, y han obligado a varios grupos a despedir personal clave. Un activista mencionó: “Trump está haciendo el trabajo que Maduro nunca pudo lograr: asfixiar a la sociedad civil”.
Finalmente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que ha centrado sus esfuerzos en países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, también se ha visto perjudicada por la falta de apoyo financiero. Dependiendo de las contribuciones de Washington, el organismo ha tenido que reducir su plantilla en un 33%.
La situación actual plantea interrogantes sobre el impacto a largo plazo de estas decisiones en la promoción de la democracia y el apoyo a las sociedades civiles que luchan contra el autoritarismo en diversas partes del mundo.