Un algoritmo podría descubrir a "la nueva Beyoncé"
Tras la cancelación del acto central con Timbaland, la segunda jornada del 50 Mercado Internacional del Disco y de la Edición Musical (MIDEM) se ha lanzado de lleno este sábado sobre los "big data".
Y es que desde que internet y no las salas de música se convirtió en el principal granero de las estrellas musicales del mañana, la industria ha rastreado incansable ese inmenso pajar para pincharse con la aguja antes que la competencia, una tarea de filtrado que la tecnología cree haber resuelto.
Esa es una de las premisas de la esta edición del MIDEM, que se celebra en Cannes (Francia) y que hoy ha acogido varias ponencias sobre la importancia de lo que los expertos llaman "big data", es decir, la ingente cantidad de datos que genera nuestro paso por la red de redes, ya sea como sujetos activos o pasivos.
Para poder manejarla, los analistas informáticos empezaron a hacer uso de los algoritmos (entre ellos, el más famoso, el de las búsquedas de Google). Se trata, a fin de cuentas, de una fórmula matemática basada en la lógica que discrimina todo lo que sobra.
En el caso de la música, el objetivo es claro: encontrar a esa Beyoncé en ciernes que, desubicada, ajena a la escena musical, sube a plataformas como Youtube o SoundCloud el producto de su talento desde el ordenador de su cuarto, puede que en un pequeño pueblo de cualquier parte del mundo, "ignorante del valor de su trabajo".
A esa misión se encomiendan aplicaciones cada vez más comunes como Elise, presentada hoy en MIDEM, que barre diariamente las principales redes sociales, las plataformas de escucha en línea (o "streaming", como Spotify) y las menciones en prensa, otorgando a cada artista en potencia o consagrado una puntuación.
Opera de una forma similar (aunque menos melodramática) que Cerebro, la máquina que el personaje del profesor Xavier utiliza en la saga de superhéroes "X-Men" para rastrear entre toda la humanidad a aquellos con el gen mutante (el artístico, en este caso).
Elise permite seleccionar parámetros como la localización geográfica del artista y su área de estilo, a partir de un complejo mapa en el que los géneros musicales se entrecruzan para conformar una supracategoría más allá del simple "folk", "rock" o "soul", categorías estancas que cada vez más caen en desuso.
Gracias a un programa de reconocimiento facial es capaz incluso de determinar si el músico es hombre o mujer y también puede diferenciar cuándo los comentarios son positivos o negativos o cuándo al citar a Prince se habla del malogrado mito y no del príncipe Guillermo de Inglaterra.
Quentin Lechemia, el presidente de la empresa que lo ha desarrollado, MyBandMarket, considera no obstante que estas aplicaciones tecnológicas nunca podrían sustituir el trabajo que hasta ahora realizaban como prescriptores los periodistas o, en las discográficas, los equipos de A&R (artistas y repertorio).
Son los "big data" y su tratamiento, por ejemplo, los responsables de que determinadas plataformas nos propongan nuevos músicos y discos, en función de nuestras escuchas previas, cruzadas con las escuchas de otros oyentes de perfil similar.
"La música es, ante todo, emoción, y la tecnología no puede tomar en última instancia la decisión de qué artistas conmueven y quiénes no; para eso están los humanos", ha señalado a Efe Lechemia.
De la misma opinión es Jerome Delhaye, el máximo responsable de MIDEM 2016: "No creo que sustituyan al talento humano, simplemente le ayudarán a ir aún más lejos y más rápido", ha apostado en declaraciones a esta agencia.
Estas palabras, que pudieran parecer premonitorias, las ha sentido hoy mismo el directivo en sus carnes, ante la dificultad de reemplazar al célebre productor musical Timbaland, colaborador clave de artistas como Michael Jackson o Justin Timberlake, tras la inesperada cancelación del que debía ser el acto central del día y en el que debía explicar cómo ejecutar un disco de éxito.
En la jornada de mañana, uno de los actores principales de la feria será el español Íñigo Zabala, presidente de Warner Music para Latinoamérica, España y Portugal, quien explicará cómo convertir a un artista local en una estrella de trascendencia internacional.