El Salón de París explora soluciones de movilidad en un contexto incierto
El Salón del Automóvil de París abrió este lunes sus puertas en momentos de incertidumbre en el sector, tanto por los altos precios de la energía como por la difícil situación geopolítica y la ralentización económica.
La cita parisina, que se celebra cada dos años y no pudo tener lugar en 2020 por la pandemia (por tanto su última edición remonta a 2018), fue de nuevo el escaparate para que las grandes marcas francesas presentaran sus novedades y planes, con un trasfondo de ofensiva de las marcas chinas de coches eléctricos.
"El contexto seguirá siendo difícil" a corto plazo y por ello "el producto es el que marca la diferencia", reconoció el consejero delegado de Renault, Luca de Meo, en la presentación a la prensa de las novedades del grupo, que incluye también a las marcas Dacia, Alpine y Mobilize.
Esas cuatro marcas se ha fijado un plan para lanzar 25 nuevos modelos entre este año y 2025.
Renault sigue potenciando su recurso a la nostalgia: tras el recuperado R5 únicamente eléctrico, hoy presentó el prototipo de otra leyenda, el 4ever, adelanto del futuro R4L, también eléctrico, aunque claramente más grande y con una estética mucho más SUV y joven que su antecesor
Con casi ocho millones de unidades fabricadas en varios continentes entre los años 60 y 80 del pasado siglo, el R4L "es un mito y los mitos no mueren nunca", afirmó De Meo.
Renault presentó también su Kangoo eléctrico, así como el futuro Scenic Vision, que adelanta las nuevas líneas de diseño de la marca del rombo para los próximos años.
El primer modelo 100% eléctrico de Jeep
El otro gran grupo con sede en Francia, Stellantis (que incluye a las marcas francesas Peugeot y Citröen), llegó con su nuevo Peugeot 408, el DS3 Crossback o el Jeep Avenger, el primer modelo completamente eléctrico de la marca estadounidense, construido sobre la plataforma del Peugeot 208 eléctrico.
En general, el automóvil que se prevé en Francia es cada vez más eléctrico y conectado, con un crecimiento continuado de los servicios de pequeños autos eléctricos, sobre todo en las grandes ciudades, a los que se accede bien por plataformas de vehículos compartidos, bien por suscripción.
"El coche eléctrico solucionará el problema de los hidrocarburos a condición de que sea una energía limpia", señaló el consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, en una entrevista a la radio RTL.
Tavares garantizó que, a pesar de la situación de transición que vive el mercado, el grupo no cerrará ninguna fábrica en Francia a medio plazo. "Tenemos un plan de producto y tecnológico para cada una de nuestras factorías", recalcó el ejecutivo portugués.
Los constructores alemanes (incluyendo las marcas del grupo VW como Seat o Skoda), no están presentes en París, pero sí hay una destacable presencia de fabricantes chinos, como BYD, GWM o MG, cuyos vehículos térmicos no terminan de asentarse en Europa, aunque sí los eléctricos.
Electricos chinos de gama alta
Ayudados por su precio más bajo respecto a sus rivales europeos y porque dominan la propulsión eléctrica mejor que los motores convencionales, los fabricantes chinos apuntan ya a la franja de la gama alta, como el BYD Han, que busca rivalizar con los Tesla o con el Mercedes EQE.
BYD, presente en Noruega y que vende sus autobuses eléctricos por todo el mundo, se va a implantar progresivamente en ocho países europeos, como Francia, Alemania o el Reino Unido, en los próximos meses.
Mientras los fabricantes preparan sus novedades, en los primeros ocho meses del año las ventas de automóviles en la UE bajaron un 11,9 % respecto al mismo período de 2021, según la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), que advierte de que a los problemas del suministro de semiconductores se suman la incertidumbre económica y los altos precios de los combustibles.
Por ello, los fabricantes temen que para finales de año haya un auténtico desplome de cerca del 25 % respecto a las ventas de 2019, el último año "normal" antes de la pandemia.
En un claro gesto de apoyo al sector, que es muy importante en Francia, el presidente Emmanuel Macron inauguró el salón tras reunirse la pasada noche en el Elíseo con los responsables de los principales grupos franceses de esta industria y de anunciar hoy nuevas medidas para favorecer el acceso de los ciudadanos de a pie a los coches eléctricos menos caros.
Francia es el tercer mayor fabricante europeo de automóviles, tras Alemania y España. El sector del automóvil genera 800.000 empleos en suelo francés, la mitad de ellos directos, y además de albergar la sede de dos grandes grupos de constructores, también hay importantes fabricantes de componentes, como Valeo.