Venezuela acumula 83 muertes por sarampión desde 2017
La Organización Panamericana de la Salud confirma que el territorio venezolano es el tercero con mayor incidencia en la región. En 2019 se han registrado dos defunciones, ambas en el estado Zulia
Cada día de 2019, al menos una persona se contagió desarampión en Venezuela. La cifra es parte de la última actualización epidemiológica divulgada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la que se confirmaron este año dos decesos por causas relacionadas con el virus.
En total 83, venezolanos fallecieron luego de la reaparición de la epidemia en 2017. Los dos fallecidos registrados en los últimos doce meses eran residentes del estado Zulia.
La información epidemiológica evidencia que el Estado no ha cumplido con el protocolo de control y vigilancia epidemiológica. No obstante, se muestra un significativo avance en la disminución de defunciones respecto de 2018, en zonas urbanas y rurales. En 2017, año en que reemergió la enfermedad, se contabilizaron 2 muertes; 75 durante 2018 y dos más entre enero y la primera semana de diciembre de este año.
El control del virus en las comunidades indígenas aún es una tarea pendiente. El año 2018 fue el de mayor índice de propagación con la confirmación de 541 casos de sarampión en poblaciones indígenas ubicadas en los estados de: Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro, Monagas, Zulia e incluso Distrito Capital.
Venezuela es el tercer país de América Latina con mayor incidencia de la infección en este año. La tasa es superada por Brasil y Estados, países que han enfrentado un auge sostenido en el número de contagios desde finales de 2018, pero que tienen una mayor densidad población. En proporción, el país duplicó de enero a diciembre con 552 casos, el comportamiento de sarampión de Colombia donde se registraron 230 contagios en el mismo periodo.
La OPS recomienda coberturas homogéneas del 95% con la primera y segunda dosis de la vacuna contra el sarampión, rubéola y parotiditis, en todos los municipios del país para garantizar una óptima prevención. También sugiere priorizar a poblaciones en riesgo, en referencia a personas que residen en sitios con dificultades en el acceso a servicios de salud adecuadas.