Un taxista quema su casa y luego se suicida por depresión
Roque Jacinto Briceño, de 49 años, llegó a las 7:00 de la mañana del jueves a su casa, en la calle 186 con avenida Ñ del Barrio La Polar, en San Francisco.
Como no tenía las llaves de la casa, se saltó el bahareque y tumbó a patadas la puerta del fondo. No encontró a nadie y tomó la determinación de incendiar la vivienda, que por varios años había compartido con su esposa.
El olor a quemado y las voraces llamas no se hicieron esperar para alertar a los vecinos, que salían muy temprano a sus quehaceres diarios. Los moradores trataron de socorrerlo y apagar el fuego, pero Briceño lo calculó todo y sello las puertas de acceso con tubos y cabillas para impedir que pudieron detenerlo.
Cuando los vecinos lograron ingresar a la casa ya era tarde, Briceño yacía inerte en la primera habitación guindado de un mecate.
El hombre laboraba en la línea de taxi Popular Sur. A un compañero le habría contado, horas antes de su suicidio, que no aguantaba más la situación con su pareja, pues hacía una semana que esta lo echó del hogar, por presunta agresión doméstica, pero él no aceptaba la separación.
Se conoció que Briceño dejó tres hijos de su primer matrimonio y dos de crianza. Era el segundo de cuatro hermanos.