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Pareja venezolana fue secuestrada por “Bonito”, el jefe “eleno” que domina el oro de la Amazonía

Reportaje de El Colombiano revela que su nombre real es Wilmer Galindo y, desde el Amazonas, absorbe por explotación ilegal $1.000 millones mensuales. Denny Carrasquel y su esposo Rafael Brito, dos de sus más recientes víctimas.

La noche del 29 de abril de 2023, la vida se le convirtió en un infierno a Denny Yerimar Carrasquel González. Hasta la mina Cacique, en el estado venezolano de Amazonas, llegaron los guerrilleros del frente José Daniel Pérez Carrero, del ELN, y sin preguntar se la llevaron a un paraje desconocido.

La causa por la que fue raptada Denny Yerimar es una incógnita, lo que sí se sabe es que quien ordenó llevársela a la fuerza es un comandante guerrillero que ha hecho del estado Amazonas su fortín y de las minas de oro un fondo de recursos que le reportan al ELN, según Inteligencia Militar, entre 900 y mil millones de pesos mensuales.

El nombre del guerrillero al que todos temen es Wilmer Albeiro Galindo, pero en las minas de oro se le conoce con el alias de “Alex Bonito”. Es el comandante del frente José Daniel Pérez Carrero, y ha librado una batalla con las disidencias de las Farc, “a las que desplazó a punta de bala y estrategia de esta zona minera venezolana”, según explican fuentes de Inteligencia Militar.

Cobro de extorsiones

Dicen los mineros que es tanto el poder de “Alex Bonito” en esta parte del Arco Minero venezolano, que él mismo se pasea por las minas del sector Caño Bravo, donde tiene su mayor influencia y “manda en toda la zona minera que está ubicada en Yancuana”.

Cuentan los trabajadores de las minas que “Alex Bonito” y su grupo guerrillero son los encargados de cobrar las extorsiones al pie de los socavones, y en ocasiones, cuando los mineros no tienen con qué pagar “le entregan la cuota en los sacos de oro que él pesa y resta de pendientes de pago”.

Secuestrados

Quizá esta es una de las razones por las que alias “Alex Bonito” mandó a secuestrar a Denny Yerimar. Como el ELN cobra extorsión por cada movimiento que se hace en la zona, le exigieron a la mujer una cuota por la venta de unas motocicletas, como se lo contó una fuente al medio de comunicación Frontera Viva.

“Esa muchacha y el esposo subieron al Yapacana a vender unas motos a la mina Cacique, que está en toda la entrada del acceso a las minas. Con esa joda que implementaron los elenos pues toca pagar por todo, a la muchacha le estaban cobrando impuestos por pasar las motos; ella dijo que no podía. Los elenos le dijeron que sabían que ella había recogido un oro que era de un militar del ejército”, expresa una funcionaria del Consejo Legislativo de Amazonas, donde Yerimar trabajó.

Un día después, los guerrilleros del ELN se llevaron a Rafael José Brito, pareja sentimental de Denny Yerimar. Hoy, 16 días después del plagio, el paradero de ambos sigue siendo todo un misterio, pero entre los mineros se habla de que la persona que es secuestrada en las minas la asesinan y la entierran en ese territorio, y temen que eso sucedió con Denny y su esposo.

Su influencia en la zona

El frente del ELN dirigido por “Alex Bonito” se ha ido ganando un espacio en los habitantes del Arco Minero no solo por sus acciones violentas, sino por su discurso y las aparentes buenas acciones que realiza en esos territorios.

Información recogida por investigadores de la Policía y el Ejército reseña que como parte de la estrategia, “Alex Bonito” reparte mercados y arregla pleitos.

También ha reclutado ciudadanos venezolanos entre sus filas, como quedó evidenciado el pasado 20 de noviembre cuando fueron capturados seis guerrilleros, cinco de ellos de origen venezolano, que –según la Policía– se dedicaban a extorsionar en la frontera colombo-venezolana y recogían $60 millones mensualmente.

Tras la captura llegaron las denuncias y una de ellas, según informó la Policía de Colombia, era del dueño de una embarcación, quien aseveró que son secuestrados. “Este sujeto, alias Alex Bonito, los cita para negociar los pagos de cuotas de apoyo a esa organización criminal. Los transportadores deben llegar a la frontera, pero allá son secuestrados por varios días y sometidos a maltratos físicos y sicológicos amenazándolos con asesinarlos si su familia no pagará 100 millones de pesos por su liberación”, informó la Policía de Colombia.

 

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