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“Mi hijo no merecía morir quemado”

Alexánder Rafael Sanoja Sánchez cumplió sus 38 años el 22 de junio. Por muchos años trabajó como técnico en refrigeración en la Clínica Falcón. Desde el pasado miércoles, sus familiares lo comenzaron a buscar desesperados porque no llegaba a su hogar, en el municipio Santa Rita. Su última opción fue la morgue forense de Maracaibo.

El jueves a las 5:00 de la tarde, Yakira Sanoja ingresó temerosa a reconocer un cadáver que se había carbonizado, en la avenida 100 del sector Sabaneta, a pocos metros del puente España, el miércoles a las 6:00 de la tarde.

La mujer salió horrorizada, al darse cuenta de que ese cuerpo sin forma, que reposaba en una camilla, era el de su hermano Alexánder. La joven asegura haberlo reconocido por el tatuaje en forma de reloj y un cristo que tenía en su antebrazo derecho, y la calza en un diente.

“Es mi hermano. Lo buscamos por comandancias, hospitales y nada que aparecía, hasta el jueves en la tarde, que lo hallamos muerto”, expresó la hermana de 44 años, que lloraba sin descanso su pérdida.

Odisea y muerte

Yakira, junto a su madre Aura Sánchez, recuerda que Sanoja cada día viajaba de Santa Rita hacia Maracaibo a trabajar en la clínica.

Alexánder salió en la tarde de su trabajo y como siempre, caminó hasta el centro comercial Puente Cristal, para agarrar la buseta que viaja a Cabimas. Cuando esta arranca y avanza unos kilometros se encuentra con una barricada y unos protestantes que le prohibieron el paso. Sin más, el chofer tuvo que devolverse y dejar a los pasajeros donde los embarcó.

El técnico, al ver que se le hacía de noche, decidió subirse a una mototaxi manejada por José Rodolfo Bousamayor Bravo, de 34, quien trabajaba de forma particular.

Alexánder le pidió que lo llevara a casa de su suegra, quien vive en residencias El Pinar.

Iban en camino cuando una camión NPR blanco de plataforma, placas A97AM1M, presuntamente les robó la derecha y estos sin tiempo a frenar se estrellaron contra un costado de la unidad.

Los protestantes, al parecer, según el secretario de Seguridad Biagio Parisi, habrían lanzado una bomba molotov contra el camión. Esta rebotó y salpicó a Sanoja, que murió en sitio carbonizado y a Bousamayor, que murió este viernes en el Hospital Coromoto.

Ya basta de tanta violencia, ya basta de tanta agresividad, estoy muy dolida”, decía afligida la hermana de Sanoja, quien dejó dos hijos de ocho y 13 años. Mientras que Aura, su madre, lloraba porque su hijo no merecía morir quemado. “Me da rabia y soberbia con toda esa gente que protesta haciéndole daño al prójimo. No saben el mal que están haciendo”.

José Bousamayor vivía en Integración Comunal, dejó seis hijos y era el menor de dos hermanos.

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