Lo matan por robar una camioneta
El hallazgo de una vecina del parcelamiento Inavi, en San Francisco, despejaría las dudas y la búsqueda de Diego Alonzo Ordaz Colman, de 17 años. Ayer en la mañana, el cuerpo del muchacho, con heridas por arma blanca en el cuello, flotaba en aguas de un tramo de la cañada La Silva. La noticia corrió como pólvora hasta llegar a oídos de sus parientes, quienes desde la tarde del domingo lo buscaban con ansias porque había desaparecido. Estaba irreconocible y su cuerpo descompuesto. Su mono y franela roja, además de un tatuaje en su dedo meñique con el nombre de su madre Ana María Colman, desataron el llanto de los presentes al corroborar que era él.
Una posible venganza desencadenaría la muerte de Ordaz. Trascendió que el domingo, la víctima junto a un compinche habrían robado una camioneta de un conocido de Sierra Maestra, donde vivía el joven desde muy pequeño. Comentaron en la vecindad que el dueño del vehículo llegó a la casa del joven a exigir respuestas y al no lograrlas prometió represalias.
El martes se supo que la camioneta la hallaron, totalmente desvalijada, en el barrio Limpia Norte, muy cerca de donde hallaron el cadáver de Ordaz. El mismo día arribó a la casa del chico el amigo con quien tomó el vehículo, para que lo condujera porque él no sabía manejar. Los familiares desesperados le exigieron respuestas sobre el paradero de Diego, y el compinche dijo ignorarlo, y que lo había dejado en un lugar que no precisó.
Se conoció que el malogrado se iniciaba en el mundo delincuencial; sin embargo, allegados aseguraron que su intención no era robar la camioneta y mucho menos desvalijarla, sino pasearse un rato y “rumbear” en ella.