Lo matan a tiros por delatar a ladrones

Tres detonaciones se escucharon a las 6:00 de la mañana de ayer. Ningún valiente se atrevió a salir para ver de qué se trataba. Unos minutos más tarde, cuando el sol salió, los curiosos se asomaron. Rodeado de arena húmeda, hojas verdes y flores amarillas, estaba un cadáver tirado en la avenida 86-A, que divide los barrios La Lechuga y Villa Bonita, en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante, al oeste de la capital zuliana.

Por algunos minutos, la identidad de la víctima fue un misterio, hasta que varios vecinos lo reconocieron como “El Catire”, y avisaron a su hija, quien proporcionó el nombre completo: Elvis Enrique Arrieta Castro, de 40 años.

Los que viven más cerca de la trilla donde abandonaron el cuerpo murmuraban entre ellos para revivir el hecho. Cuentan que Elvis pasó caminando por la zona enmontada mientras contaba un dinero en efectivo. Frente a sus ojos, dos jóvenes despojaron de su moto a un adulto mayor. “El Catire” atestiguó el crimen perplejo, pero cuando los hampones arrancaron rompió el silencio para tratar de alertar a los vecinos y así auxiliar al agraviado.

Los delincuentes giraron el vehículo y retrocedieron dos cuadras para vengar la impertinencia. Le dispararon tres veces y dos balas le atravesaron el intercostal derecho.

Katherin Margarita Arrieta, tras ver el cuerpo baleado de su padre, agregó que el hombre vivía con su pareja en una casa humilde fabricada con láminas de zinc, a escasas cuadras del sitio del crimen. Se dedicaba a limpiar desechos sólidos del basurero de la Circunvalación 3, para “rebuscarse”, realizar trabajos independientes
de latonería y pintura.