Expadrastro violó y asfixió a la adolescente en Ojeda

Una presunta venganza sería el móvil del asesinato de Arianny Beatriz Nava Rojas, de 13 años, ocurrido el pasado domingo, en Ciudad Ojeda. El expadrastro de la infortunada la habría violado y asfixiado en el cuarto de ella, en su residencia de la urbanización Nueva Venezuela, calle San Antonio, municipio Lagunillas, Costa Oriental del Lago (COL).
Una fuente vinculada con la investigación del atroz hecho re rió que se trata de la expareja de Sorelis Rojas, madre de la adolescente, quien recientemente cortó la relación amorosa.
El sujeto se marchó de la casa hace poco, sin embargo, al parecer, aún tenía las llaves, lo que hace presumir que él entró en la vivienda, sin necesidad de forzar ni violentar las puertas o ventanas para perpetrar el homicidio colocándole a Arianny una almohada en la cabeza para asfixiarla.
Por el momento, funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) realizan varios allanamientos para dar con el responsable del suceso.
El adiós de la adolescente
Un triste mediodía se vivió ayer, cuando llegó al cementerio municipal de Santa Lucía, en Ciudad Ojeda, el ataúd con los restos de Arianny Nava.
Los familiares, entre ellos su madre, Sorelis Rojas, así como sus amigos y compañeros de clases de segundo año de bachillerato del liceo Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, se mostraron afligidos sin aceptar lo ocurrido.
La progenitora no habló con los periodistas, estaba inconsolable. Le dio la última bendición a su hija mayor, después de una horrible escena que tuvo que presenciar al llegar a su residencia, tras pasar toda una noche de guardia en el Hospital Pedro García Clara, sin imaginarse lo que realmente sucedía en su hogar.
Su mejor amiga relató que vio a Arianny hace como una semana. Compartieron toda una tarde, solían verse un día sí y otro no, expresó con cara de tristeza. “Ella era muy alegre, ese día que la vi bailamos mucho, nos reímos; ella era experta haciendo peinados; ella era buena”, señaló con pesar.
Los compañeritos de la jovencita la catalogaban como buena estudiante; la recuerdan como una niña alegre, buena hija, buena hermana, cariñosa con sus amigos, según las palabras que salían de cada uno de los niños presentes en su adiós.
Cerca de la 1:00 p. m., fue sepultada en medio de las lágrimas.