El diario plural del Zulia

Triple ajusticiamiento en el barrio El Museo

Tres hombres fueron ultimados antenoche, alrededor de las 10:00 p. m. Dos de ellos fueron arrojados de un carro negro, para balearlos, en la calle 108 con avenida 71, del barrio El Museo, al sur de Maracaibo. A ocho cuadras, en la avenida 71, entre calles 113 y 114, bajaron de ese auto el cadáver degollado de otro infortunado.

Vecinos del sector perteneciente a la parroquia Luis Hurtado Higuera comentaron haber escuchado varios disparos aproximadamente a las 10:00 de la noche, pero no salieron por temor, pues hay mucha inseguridad.

La mañana de ayer, moradores de El Museo se tropezaron con los cuerpos de José Gregorio Villalobos Villalobos, de 22 años, de contextura gruesa, 1,68 metros de estatura, con una franelilla blanca, pantalón jeans azul y sin calzado. Estaba acostado de medio lado.

Al lado de ese cuerpo estaba el taxista Kéiver José García, de 26 años, quien vestía una camiseta del conjunto de fútbol español Barcelona. También estaba acostado de medio lado.

Ambos cadáveres presentaron impactos de bala en la cabeza, según fuentes policiales.

Los cuerpos de García y de Villalobos tenían las manos atadas a la espalda, con cordones rojos, según una fuente vinculada con la investigación.

En otra zona del barrio, cerca de una bajada, los vecinos vieron el cuerpo de Rafael Enrique Bweyer, de 33 años, de rasgos indígenas, quien resultó presuntamente degollado con un arma blanca, añadió un informante.

Ese cuerpo medía un 1,70 de estatura, tez morena, con suéter mangas cortas, rojo y blanco, bermuda de jeans azul y sin calzado, precisó la fuente policial.

Al parecer, esta víctima fue asesinada en otro sitio y abandonado su cuerpo en la avenida 71 del barrio, según la policía.

Tragedia

El tío de Kéiver García, Javier Henríquez, informó que su sobrino salió antenoche, cerca de las 7:50, de su residencia ubicada en el barrio El Despertar, de la Circunvalación 3. Manifestó desconocer las causas del hecho.

García había salido a pie, como un pasajero, de su casa, pues su vehículo tenía un caucho malo, detalló el tío.

El joven se había comunicado vía telefónica con Henríquez, aproximadamente a las 9:00 p. m. Desde entonces no supo más de él, hasta que se enteró por internet del terrible hallazgo.

El doliente dijo que a García se lo trajo hace años de San Félix, estado Bolívar, donde residía. Re rió que el joven no deseaba estudiar, pero al traerlo a la capital zuliana lo indujo a seguir en los estudios, hasta que completó el Bachillerato. Desde entonces comenzó a trabajar.

Afirmó que Kéiver laboró un tiempo en Bingo Maracaibo, pero cuando el Gobierno nacional decidió suprimir la actividad en los casinos, en el 2009, el joven recibió sus prestaciones y adquirió un vehículo, con el que realizaba “carreritas” para sustentarse.

“Él era un muchacho sumamente trabajador. Lo único malo que tuvo fue una vez que lo apresaron por violencia de género, pero de resto su conducta fue intachable”, dijo el pariente.

Henríquez aseveró que su sobrino jamás le contaba sobre sus cosas, solo “voy a trabajar, bendición tío”.

Kéiver era padre de una niña de tres años, “por quien trabajaba mucho”, apuntó el dolido familiar.

Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas investigan el móvil de estos crímenes pero no descartan la venganza.

 

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