Un hongo zombie aterrador controla esta especie de arañas y desconcierta a los científicos

Un reciente estudio publicado en la revista Fungal Systematics and Evolution ha revelado la existencia de un hongo, conocido como Gibellula attenboroughii, capaz de manipular el comportamiento de las arañas. Este hongo presenta un patrón de parasitismo que, si bien puede parecer sacado de una película de ciencia ficción, ha estado presente en la naturaleza durante millones de años.
A diferencia del hongo Cordyceps, que infecta a las hormigas y las obliga a actuar de manera antinatural, Gibellula attenboroughii se infiltra en el sistema nervioso de las arañas de la especie Metellina merianae. Según el investigador principal, Harry Evans, el hongo permite que sus huéspedes mantengan comportamientos normales hasta que es demasiado tarde. Este proceso fue registrado por primera vez en 2021 cuando la BBC documentó una araña infectada cubierta de hongos en un almacén abandonado en Irlanda del Norte.
Las esporas del Gibellula viajan por el aire en busca de nuevas arañas que colonizar. Una vez que el hongo ha consumido a su anfitrión, libera nuevas esporas en el ambiente, listas para infectar a la siguiente víctima. Este mecanismo de supervivencia es fundamental para la continuidad del ciclo de vida del hongo.
El proceso de infección es insidioso: las arañas exhiben un cambio gradual en su comportamiento hasta que su cuerpo queda completamente inmovilizado, momento en el que el hongo se manifiesta como una red de filamentos blanquecinos que brotan a través del exoesqueleto de la araña.
La manipulación que ejerce Gibellula attenboroughii sobre sus huéspedes subraya el sorprendente y a menudo aterrador mundo de los hongos parasitarios. Este tipo de interacciones son un recordatorio de cómo diversos organismos han evolucionado para sobrevivir a expensas de otros, un fenómeno biológico conocido desde hace siglos.
Este descubrimiento no solo provoca inquietud sobre el potencial de manipulación de los organismos por parte de los hongos, sino que también resalta la importancia de investigar estos sistemas paralelos en el mundo natural. Con el estudio de estos organismos, los científicos pueden comprender mejor los intricados lazos que existen en los ecosistemas.