El diario plural del Zulia

Sí, el músculo tiene memoria, no es una mentira piadosa de tu entrenador

El cerebro puede recordar patrones de movimiento para facilitar la recuperación del ritmo del ejercicio

Volver al gimnasio tras una temporada es duro. Da igual que hayas entrenado cada día durante cinco años; ese primer día tras las vacaciones o un largo puente vas a sufrir como si fuera la primera vez. Será entonces cuando escucharás la frase mágica: “¡Ánimo!, el músculo tiene memoria”. La dirá con toda seguridad un entrenador para convencerte de que la próxima vez será mejor porque tienes “fondo”, tu músculo va a premiarte por tu entrega y disciplina en el gimnasio, un esfuerzo que ahora parece haberse esfumado.

Aaron Santos es entrenador personal independiente y ha dicho mucho la frase de consolación. “Me refiero a la capacidad del cerebro de recordar los patrones de movimiento y mandar la orden correcta al músculo. Mientras más tiempo hayas entrenado, más interiorizados estarán esos movimientos en el cerebro. Si dejas de entrenar un mes, es posible que los primeros ejercicios cuesten un poco, pero a los diez minutos habrás recuperado el ritmo”, reseñó El País.

Pero, ¿Existe la memoria muscular o es una mentira piadosa de los entrenadores? Al parecer sí puede hablarse de algo parecido al recuerdo de determinados patrones de movimiento, ese mecanismo por el cual montar bicicleta es una habilidad que nunca se olvida. Sin embargo, las últimas investigaciones apuntalan la literalidad del término y sugieren que sí existiría una capacidad de recordar en las fibras musculares.

Estos estudios demuestran que el núcleo de las células musculares parece tener una memoria propia, más allá del recuerdo de las neuronas motoras, que sería más bien un mérito del cerebro. En 2010, un estudio con ratones ya demostraba que los núcleos de las células musculares que se multiplicaban como respuesta a una sobrecarga de entrenamiento no desaparecían en épocas de inactividad, sino que se quedaban retenidos en las fibras musculares, esperando a ser reactivados con el entrenamiento.

Los expertos creen que este mecanismo se replica en los humanos, y que, aunque se deje de hacer ejercicio, los núcleos de las células musculares se conservarán y se volverá a conseguir crecimiento muscular cuando se reinicie el entrenamiento. Este cambio conceptual ha servido para reentrenar algunos músculos atrofiados, por una lesión o por desuso, que hasta hace poco se daban por perdidos.

 

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