Qué es la sepsis y por qué mata a 11 millones de personas al año
Aunque puede que sus síntomas y efectos no sean conocidos por todos, la sepsis es una afección bastante más común de lo que creemos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo público este pasado día 13 de septiembre –día mundial dedicado a esta enfermedad– los escalofriantes datos que deja: once millones de personas mueren al año víctimas de la sepsis.
También conocida como septicemia, es una disfunción orgánica grave, causada por una respuesta inmunitaria fulminante a una infección. Como explica el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de Estados Unidos, el cuerpo libera sustancias químicas inmunitarias en la sangre para combatir la infección, lo que desencadena una inflamación generalizada, la cual produce coágulos de sangre y fugas en los vasos sanguíneos.
Como resultado, se altera la circulación sanguínea, lo que a su vez, priva a los órganos de nutrientes y oxígeno, y causa daños en los mismos. Estos pueden llegar a fallar, provocando la muerte del paciente.
50 millones de personas al año sufren esta enfermedad que provoca un fallecimiento cada 2,8 segundos, además de ser la primera causa de muerte hospitalaria. De los que consiguen superarla y sobrevivir, el 50 % sufren secuelas físicas y/o psicológicas.
Causas
Como explican desde la Clínica Mayo, cualquier tipo de infección, sea vírica, bacteriana o fúngica, puede causar septicemia. No obstante, las infecciones que más a menudo lo hacen son las que se desarrollan en los pulmones, el sistema urinario, el digestivo o el torrente sanguíneo.
Esta enfermedad será más complicada de superar si la padecen niños o ancianos o si ya se padece alguna enfermedad previa.
Síntomas
El organismo estará en medio de una emergencia médica que intentará solucionar, por ello nos dará avisos de que esto está ocurriendo. Los signos y síntomas de advertencia incluyen fiebre, estado mental alterado, respiración y frecuencia cardiaca rápidas, sarpullido, bajo rendimiento de orina, dolor corporal o extremidades frías.
Precisamente debido a que los síntomas se pueden confundir con los de cualquier otra afección, la sepsis es difícil de diagnosticar, especialmente en sus etapas iniciales.