¿Cómo afecta la poliomielitis a las personas?
La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede causar una parálisis total en cuestión de horas. El virus se transmite de una persona a otra principalmente por vía fecal-oral o, con menos frecuencia, a través de un vehículo común, como el agua o los alimentos contaminados, y se multiplica en el intestino.
Las manifestaciones iniciales suelen ser fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolor en las extremidades. De acuerdo con estadísticas recientes una de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible (generalmente de las piernas), y del 5% al 10% de estos casos fallecen por parálisis de los músculos respiratorios.
La enfermedad afecta principalmente a los niños menores de cinco años, pero cualquier persona que no esté vacunada puede contraer la enfermedad, sin importar su edad.
Este trastorno no tiene cura, pero se puede prevenir. Cuando se administra varias veces a un niño, la vacuna le puede dar una protección de por vida. Se dispone de dos vacunas: la vacuna oral y la vacuna inactivada.
Ambas son eficaces y seguras y se utilizan en diversas combinaciones en todo el mundo, en función de la situación epidemiológica y programática local, para proporcionar la mejor protección posible a la población.
Las estrategias de erradicación de la poliomielitis son eficaces cuando se aplican plenamente, como demuestra con claridad el hecho de que la enfermedad haya sido erradicada en la mayoría de los países.
La Estrategia de Erradicación de la Poliomielitis 2022-2026 fija una hoja de ruta para erradicar de forma sostenible todos los poliovirus a nivel mundial, y se están dando pasos para realizar la transición y las actividades posteriores a la certificación con el fin de emplear la infraestructura creada para erradicar esta enfermedad, que seguirá siendo tema de discusión a nivel mundial.