Científicos revelan que las patas de pollo son la clave para una piel saludable

Un alimento tradicional en muchas cocinas latinoamericanas está captando la atención de la ciencia por sus notables beneficios para la salud y la belleza, "las patas de pollo".
Este ingrediente, a menudo subestimado, destaca por su altísimo contenido de colágeno, una proteína esencial para mantener la piel firme, hidratada y libre de arrugas.
El colágeno presente en las patas de pollo contribuye a la elasticidad de la piel, reduce las líneas de expresión y mejora la hidratación, lo que favorece una apariencia más joven y de rejuvenecimiento cutáneo
Gracias a la condroitina que contienen, también ayudan a regenerar el cartílago, aliviando molestias en rodillas, codos y espalda asociadas con el desgaste articular.
Ricas en alcaloides hidrófilos, las patas de pollo favorecen la cicatrización del tracto digestivo y pueden reducir afecciones como la gastritis y la hinchazón abdominal.
Contienen cisteína, un aminoácido que estimula la producción de moco protector en los pulmones, fortaleciendo así las defensas respiratorias frente a infecciones.
Este redescubrimiento nutricional posiciona a las patas de pollo como un alimento funcional que va más allá de lo culinario, integrándose también al bienestar integral y la prevención de enfermedades relacionadas con el envejecimiento.