El diario plural del Zulia

Vidal Atencio: “Sacerdotes deben revisar hasta dónde llegan sus libertades”

El periodista, quien colgó los hábitos recientemente, habla de la Ley Contra el Odio. Apuesta por denunciar verdades con pruebas

Vidal Atencio encarnó el sentimiento revolucionario de la Iglesia católica desde que Hugo Chávez abrazara el poder. Hoy, tras colgar los hábitos, el periodista y autoridad única de los Alimentos en el Zulia habla para Versión Final sobre la crisis entre el Gobierno y sacerdotes y obispos que utilizan el púlpito para denunciar el hambre, la escasez de medicinas y la corrupción.

 — ¿La Iglesia debería ser un mediador en los temas políticos, económicos y sociales del país?

—La Iglesia siempre ha tenido, históricamente, participación en los temas políticos del mundo. En Venezuela, en la guerra de Independencia, había sacerdotes que defendían la corona española y otros a la revolución. En el tiempo moderno, en 1958, viene un proceso democrático y la cúpula jerárquica estaba detrás de todo eso.

Quienes gobernaron después de Pérez Jiménez lo hicieron bajo la bendición de la Iglesia que siempre estuvo comprometida con acciones desestabilizadoras del orden establecido. En aquel momento era una dictadura, ahora es una democracia. Quienes gobernaron desde esos tiempos hasta que llega Chávez eran adecos y copeyanos.

Para que existiera un obispo se necesitaba del voto de aprobación del Presidente de la República y del Congreso, si no no podían ser obispos, pero a través de un convenio con la Santa Sede se acordó no ser más tutelados por el Estado. Coexistir con una institución como el Estado es formar parte de una situación que necesita tolerancia de unas cosas, denuncias de tantas otras, pero debe haber respeto entre las partes. Les digo a los sacerdotes que tienen que saber que representan a una institución y se debe tener cierta responsabilidad moral con las personas.

Si se quiere hacer política debe ser una política democrática, de buscar el voto, de participación, de promover el desarrollo social. Se debe estar comprometido con el sistema bien conducido.

—¿Y qué acciones concretas debe ejecutar la Iglesia?

—Creo que una acción es que profetice y no juegue al papel de militancia política. Particularmente me abstuve, hasta un momento determinado que la Iglesia arremete contra mí, de asumir esas posiciones. Es necesario profetizar haciendo denuncias bien fundadas, responsables. No es posible que nos dediquemos solo a acabar con la esperanza del pueblo, que no le presentemos una salida sustentable llena de amor y esperanza. Fomentar deliberadamente sobre el cambio de estructuras del poder político por una vía que no es la democrática, no es lícito para mí. Un golpe de Estado no es algo lícito, puede estar contemplado dentro de las opciones, pero no es lícito.

— ¿Es politizar la homilía criticar el hambre del pueblo y cuestionar la corrupción del Gobierno?

—Considero que no, por eso te hablaba del relativismo ético, creo que es una posición errada. Si yo le voy a criticar al Gobierno los hechos de corrupción debe ser con pruebas. Yo en muchas oportunidades pude decir que Manuel Rosales era un corrupto, pero no tenía las pruebas. Pero sí podría denunciar la corrupción sin hacer señalamientos. Ahora, si yo reclamo al Estado, pero no reclamo a Fedecámaras, por ejemplo, también está mal.

¿Cómo es posible que vivimos una crisis alimentaria, donde no aparece un paquete de harina precocida y cuando lo hace es a un precio exorbitante, pero nuestros barrios están plagados de cerveza? Eso no puede ser. La materia prima es la misma, maíz, cebada, vitaminas minerales. ¿Por qué los curas no hablamos de eso en las misas? Sobre las estructuras de costos.

El papa Francisco el pasado 3 de febrero ofreció un discurso diciendo que era pecado el enriquecimiento desmesurado, la usura. Y eso no lo ha dicho ni Urosa ni López Castillo, quien es de El Moján. Él sabe que su familia tiene empresas de gasolina en El Moján, desde esa estación de servicio salían vehículos bachaqueros de combustible, o salen, no sé, pero ahí está el problema, no podemos decir algo si no tenemos relativismo ético.

—¿Carece, entonces, López Castillo de relativismo ético?

—Yo no estoy diciendo que él incurra en delitos ni que carezca de relatividad ética, sino que su visión le hace caer en un relativismo ético porque yo no lo he visto nunca haciéndole reclamos a Fedecámaras, a Fegalago, a los gremios productores ni comerciales, así como tampoco lo he visto hablar sobre el tema del bachaqueo de la gasolina que ha acabado con la población, con el sistema educativo en la Guajira. Y te digo algo con responsabilidad, uno de los alcaldes más eficientes en educación se llama Luis Caldera, autoridad de Mara.

Hizo una gran inversión social y educativa. Nunca he visto a López Castillo como mojanero decir que ese burgomaestre está haciendo una buena labor liberadora, educativa, cristiana. Solo dirige la crítica destructiva a una situación que también tiene sus implicaciones. Me pudieran decir que toda esta hambre la generó Nicolás Maduro, pero, bueno, pudiéramos debatir que no. El gerente del supermercado NASA me dijo que en la estructura de costo el pago del personal representa solo un 6 %.

Que se siente la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) con los empresarios y les hagan esta cuenta a ver qué hacen el resto del porcentaje. Lo que enfrentamos es una lucha contra el bien y el mal. Y no porque yo tenga el poder de la Iglesia puedo condenar a quien a mí me parezca. Ruego mucho para que la relación entre las iglesias y el Estado sea más armónica.

—¿Qué percepción tiene sobre los mensajes de López Castillo y Víctor Hugo Basabe en la procesión de la Divina Pastora?

—Yo no las escuché. Me parecía hasta una necedad. A ellos debemos entenderlos. Ese es un momento importante para decir cosas, porque ahora cada 14 de enero escuchamos a un religioso decir cosas contra el Gobierno y yo creo que tienen que seguirlas diciendo. Si sabe que el Gobierno comete una injusticia, denúncielo, pero con pruebas. Si exponemos a las personas sin pruebas es irresponsable. Pero esas son sus opiniones porque tiene libertad para decir lo que quiera Antonio López. Aquí dicen que estamos en una dictadura, pero podemos decirle a Nicolás “maburro”, terrorista, dictador, desearle la muerte y nadie va preso. En España, por ejemplo, si ocurren estas acciones en contra del Gobierno o a favor de un acto terrorista que haga apología del delito, vas preso.

Hago un llamado a estos sacerdotes a revisar siempre hasta dónde llegan sus libertades, porque algunas cosas que se dicen tienen sus consecuencias.

 —Maduro emplazó a la Fiscalía a investigarlos. ¿Es posible que les apliquen la Ley Contra el Odio?

—Creo que eso no sería necesario. Pero en caso de que se haga no debe ser porque lo diga Maduro, sino por la falta que cometieron ambos. En el caso del padre Santiago, acá en Maracaibo, que promovía el odio contra una familia a la que una vez se le quemó la casa en Raúl Leoni durante las protestas solo porque eran chavistas. A ellos se les murió su padre hace dos años y ese día era la misa de aniversario en la iglesia La Consolación.

El cura promoviendo eso hizo que la gente que estaba allí arremetiera contra la familia. No sabemos si un loco de estos pudiera hacerle un daño a uno de los integrantes de la familia por promover el odio.

¿Por qué manipular la conciencia religiosa del pueblo? ¿Por qué yo no puedo ser revolucionario y tener fe?

—¿Qué valoración tiene con la posición del papa Francisco sobre la crisis en Venezuela?

—Yo creo que el Papa ha hecho lo que tiene que hacer. Ha nombrado a una Comisión de Alto Nivel, independientemente de que hoy no estén en una mesa de diálogo. Fueron rechazados en algunas circunstancias, pero no quiere decir que no estén al tanto de la situación.

El Papa siempre estuvo proclive a defender un espacio de diálogo, pero él no vino a determinar la política interior del país. Recuerden que el Papa es un jefe de Estado y cuando va fungir como tal tiene que respetar normas del derecho internacional. Cuando funge como pastor de la Iglesia hace su mensaje de paz y puede incluir sus oraciones por Venezuela. Quienes critican al Papa están cayendo en un fundamentalismo religioso y político. Si no estás conmigo, estás contra mí. El Papa no vino para acá a poner o quitar gobiernos y tampoco la Iglesia. Esa no es su tarea.

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