“Venezuela se encuentra en peligro de muerte”

Para Enrique Aristeguieta Gramcko, abogado, dirigente político y miembro de la Junta Patriótica que luchó contra la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez en 1958, actualmente existe “el ardor patrio” que tuvo el pueblo que le acompañó en la lucha por el regreso a la democracia en Venezuela. “Claro que sí. Ahorita la gente está más molesta y más desagradada. Ahorita se siente y se respira mucha más necesidad de que Venezuela vuelva a ser civilizada y tener un régimen civilizado”, asegura el también miembro de la Academia de la Historia del estado Carabobo.
Aristeguieta Gramcko no cree en la mesa de diálogo ni en un proceso de elecciones presidenciales con el actual CNE. “Si creyéramos que se van a realizar unas elecciones serias y transparentes sería interesante mantener la unidad para esos efectos, pero en Venezuela las elecciones perdieron su significado luego de la inconstitucional y fraudulenta elección de la ANC y las de gobernadores y alcaldes”, dijo en reciente entrevista.
—¿Cómo interpreta las protestas de calle del año 2017?
—Lamentablemente, no se supieron aprovechar bien. Hay una parte de la oposición que se niega a ver las cosas como son y a llamarlas por su nombre y más bien se trató de, después de bastantes días de confrontación, enfriar la calle sin obtener nada a cambio. Al Gobierno no le interesa ni le interesará comportarse como un gobierno democrático y permitir la expresión sincera, clara y diáfana de lo que la gente desea.
—¿Por qué falló esa lucha?
—Los partidos existentes y la Asamblea Nacional, concretamente, no supieron aprovechar bien esa manifestación de repudio de la población. Algunos están soñando con una salida electoral que no se va a producir porque el Gobierno no se puede dar el lujo de convocar unas elecciones verdaderamente sinceras, porque las va a perder. El 80 o 90 por ciento de la población está en su contra, con mucha justi cación, porque nos ha llevado a una situación de primitivismo, escasez, hambre, miseria, opresión, absolutamente insoportable e inaceptable.
—¿Qué valora y qué le critica a la oposición venezolana?
—Hay muchas oposiciones. Yo soy oposición y estoy por el cambio de Gobierno, por el medio que esté justificado. Venezuela está en peligro de muerte y cualquier cosa que se haga para salvar la vida de Venezuela es absolutamente lícita. Ahora, hay otra oposición que quiere bailar al son de la pandereta que le toque el Gobierno y acepta todas las marramucias y todas las trampas que se imaginan y se presta a ese juego macabro que yo no sé por qué lo hará, pero bueno, sus motivos debe tener. La gente los conoce. Ellos están actuando de forma descubierta.
—¿Se logró algún bene cio para el país en la mesa de diálogo?
—Tengo la impresión de que la actual mesa fue una parodia, en el fondo, por otra parte, se estaban entendiendo porque la celeridad con que algunos grupos han demostrado su disposición de concurrir a la farsa electoral que está convocando ilegítimamente el Gobierno, demuestra que aparte de la mesa de diálogo habían unas conversaciones de las cuales no se había dicho nada.
—Cuando usted dice en un tuit que Copei y AD fueron puntales de la democracia y hoy están dispuestos a ser las puntillas, ¿eso qué significa?
—Acción Democrática y Copei se jugaron el pellejo con gran valentía, patriotismo, se jugaron la existencia cuando eran los partidos que apoyaban a Rómulo Betancourt en su gobierno. Se enfrentaron a la insurrección armada de extrema izquierda propiciada, estimulada, pagada por Cuba, y ahora resulta que son los que están bailando al son que le tocan. Yo fui copeyano toda mi vida, pero me di cuenta que no podía seguir aceptando las carantoñas que le estaban haciendo al gobierno de Chávez.
—Usted asegura que la dictadura de Pérez Jiménez fue una santa al lado del gobierno de Nicolás Maduro, ¿por qué?
—Yo digo que lo que pasó hace 60 años ocurrió en medio de una dictadura que era un internado de monjas comparado con esto. El gobierno de Pérez Jiménez era desarrollista, desde luego silenció a todos los que lo criticaban. El régimen acabó con el juego político. No permitía la disidencia política. Se negó a convocar elecciones cuando la Constitución lo ordenaba, inventó una forma fraudulenta de mantenerse en el poder, pero no era un régimen de asesinos, de vendepatria, no se entregó el país a ninguna otra potencia, a ningún otro país extranjero, no estaban en convivencia con el narcotrá co ni con el terrorismo islámico ni se metía la mano en Pdvsa para robarse los reales. Había corrupción, pero esto es otra cosa, lo que quieren es acabar con el país. Estos sinvergüenzas se han entregado a Cuba desde un comienzo.
—Qué papel juega la comunidad internacional en la crisis política, económica y social de Venezuela. ¿Será decisiva?
—Creo que si puede ser decisiva. Por primera vez la comunidad internacional, una parte de ella, está viendo las cosas como son y está diciendo las cosas como son. El señor Almagro se merecerá en un futuro una estatua aquí en Venezuela, ha demostrado más patriotismo que muchos dirigentes venezolanos. Y los gobiernos de América Latina y en general de toda América se han enterado de lo que es esto y han manifestado su rechazo.
—¿Cómo ve a Venezuela en unos 10 años?
—El país se puede recuperar, se puede salvar, pero hay que empezar cuanto antes. La población va a reaccionar como reaccionó en el año 1958. La dictadura de Pérez Jiménez parecía muy sólida hasta diciembre de 1957 y de repente se vino abajo en 20 días.
—¿Le sorprendió el llamado a elecciones presidenciales que hizo el Gobierno nacional?
—No me tomó por sorpresa, sabía que ellos mediante una jugarreta tenían que tratar de zafarse de la masacre de estos policías que estaban en disidencia y quieren ahora taparlo, quieren echarle tierra. Ellos lanzaron eso para ver si la gente pisa ese peine. Afortunadamente, he visto reacciones de sectores que no se tragan eso y no van a embestir ese trapo rojo.
—¿Repite Nicolás Maduro?
—Repetirá si tiene fuerza suficiente para resistir el rechazo de la nación.
"Hay muchas oposiciones. Yo soy opositor y estoy por el cambio de Gobierno. Hay otra oposición que baila al son de la pandereta del Gobierno"