Venezuela reclama urgente regreso del cacao
Dicen los expertos que el sabor es un tema de genética, lo cierto es que 500 años después, pasada la página de la colonia, luego la emancipación, posteriormente las dictaduras, seguidas del boom petrolero y más tarde la democracia hasta nuestros días, el cacao venezolano sigue siendo el mejor del mundo, reconocido por los países consumidores y fabricantes de chocolate por excelencia.
Europa, Asia y Estados Unidos, siguen reclamando cacao venezolano. El productor José Miguel Sarría afirma que “una condición sine qua non para fabricar y exportar en estos países, es recibir, aunque sea en un 5 %, cacao venezolano”.
Con la aparición del petróleo y el manejo que el Estado le dio a este recurso, se abandonó el campo. Siglos han pasado y el cacao venezolano sigue a niveles de subsuelo en exportación y comercialización, solo sostenido por el empuje de sus productores.
En 2011, el gobierno de Hugo Chávez publicó en Gaceta Oficial, un decreto que reza en su artículo 8 que “Los estados y municipios, junto con productores, campesinos, consejos comunales y sector privado propiciarán alianzas con el Ejecutivo nacional para consolidar la producción del rubro a nivel nacional y convertir a Venezuela en una potencia cacaotera mundial”, pero del dicho al hecho, no ha ocurrido mucho.
El mejor sin duda alguna
“El cacao venezolano se distingue en el mundo por su sabor y aroma. Solo el 10 % del cacao del planeta es trinitario y criollo, y los más finos, los tenemos en Venezuela”, aseveró el ingeniero agrónomo y experto en el rubro, Álvaro Gómez, quien ha trabajado para Hacienda San José y Casa Franchesqui, los más antiguos y actualmente productivos cacaotales venezolanos, situados en el estado Sucre.
“En Venezuela hay muchos cacaos criollos, pero comercialmente no se aprovechan. La producción actual se ubica entre 15 mil y 17 mil toneladas métricas (TM) anuales, si ello se compara con lo que se producía hace 200 años, unas 20 mil TM no es mucha la diferencia, el problema es la comercialización y el crecimiento desde hace 200 años para acá, un total estancamiento”.
Sabor, aroma, textura, variedad, capacidad de defensa contra las plagas, exquisitez, número de marcas por planta, número de granos o almendras por maraca, son los principales atributos que convierten al venezolano en el mejor cacao del mundo.
Entre los sabores exquisitos que caracterizan al cacao venezolano, la ingeniero Gladys Ramos publicó en la página de la Cámara de Productores y Exportadores de Cacao (Capec) ocho diferentes aromas y sabores: Floral, frutty, nutty, acidity, caramel, bitterness, astringensy, raw beany, contemplados por los parámetros organolépticos y su escala sensorial.
Por regiones El agrónomo Álvaro Gómez puntualizó que en Oriente, específicamente en Sucre, se encuentran los cacaotales más extensos y productivos, pero advierte que sin apoyo de políticas serias, es cuesta arriba impulsar el rubro.
El decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ), ingeniero Elvis Portillo, precisó esa consideración con números.
“Con cerca del 50 %, Sucre es el estado de mayor super cie sembrada de cacao, Miranda lo secunda con un siembra cercana al 40%, pero hay que incluir Aragua, Yaracuy y Carabobo en la región central, mientras que en la región occidental, Mérida, Zulia, Trujillo y Táchira tienen 15 % de extensión sembrada, considerando que en Apure, Portuguesa y Barinas hay plantaciones”.
Exportar a borbollones
“El chocolate gourmet en el mundo —precisa Portillo— reclama siempre el cacao venezolano. En Europa, Estados Unidos y Asia, especí camente Japón, la demanda del cacao nuestro es muy alta y ellos consumen hasta 12 kilogramos de chocolate personas/año, cuando nosotros apenas consumimos 400 gramos personas/año”.
Tanto Portillo, como el ingeniero Gómez coinciden en que Venezuela tiene las condiciones, de suelo y clima, para volver a ser el mayor exportador del mundo.
“El petróleo es no renovable, su tendencia es a acabarse, el cacao es milenario y jamás se acabará en Venezuela, si se impulsa su producción el ingreso en divisas es inimaginable”, aseveró Portillo.