Surgen mercados satélite con venta de productos dolarizados

La crisis económica y los elementos que distorsionan el intercambio y la importación han generado el auge de mercados satélite que ofrecen productos alimenticios, en su mayoría importados a precios dolarizados.
Tal distorsión en la dinámica económica ha generado que panaderías, farmacias, tiendas de ropa, así como fruterías y establecimientos similares, dispuestos en calles y avenidas, ofrezcan los rubros de primera necesidad a precios que se tragan el poder adquisitivo del venezolano.
La dinámica viene dada por los procesos de conversión para los importadores a la hora de canjear bolívares por pesos para comprar dólares que les permita importar, ello repercute en el precio final del producto.
Una bolsa de jabón en polvo de 400 gramos puede oscilar entre los 2.800 y los 3.000 bolívares y los consumidores denuncian que en los pocos establecimientos que venden productos regulados, por lo general, les obligan a comprar tres y cuatro rubros no regulados, además del acaparamiento de productos para beneficiar a pequeños grupos en detrimento de la mayoría.
La raíz del problema
El economista y Premio Nacional de Ciencias, Víctor Álvarez, explicó que el drama especulativo viene dado por la aplicación de medidas y cálculos con base a las tasas de cambio, tanto en Colombia como en Venezuela, cuyas variaciones de precios propician mecanismos distorsionados para la adquisición de dólares lo cual repercute en una dinámica de importación insana que se traduce en el indetenible incremento de precios al consumidor.
“Los importadores venezolanos llevan sus bolívares a Colombia para comprar los pesos y con esos pesos comprar un dólar. Si se calcula con base a la tasa de cambio de Colombia, se necesitan 2.900 pesos por dólar. Del lado colombiano el cambio es uno por uno, mientras que en las casas de cambio autorizadas, en los estados fronterizos, por el presidente Maduro, se fijó una tasa de 4,00 pesos por bolívar, resultante de la división entre la tasa de cambio oficial de Colombia (2.900 pesos) y la tasa Dicom (Bs. 680). Si cada peso lo cambian por un bolívar en Colombia, se requerirían 2.900 bolívares para comprar los 2.900 pesos que a su vez permitan comprar un dólar y ese dólar de Cúcuta, que es el usado como base de cálculo para los precios en Venezuela es lo que ha provocado esta distorsión”.
“La ecuación resultante sostiene Álvarez de dividir los 2.900 pesos entre 4,00 pesos (por bolívar) te da una tasa preferencial de 725 bolívares el dólar, es decir, bastante inferior a los 3.000 bolívares por dólar que sale el cambio en Colombia. Nadie en su sano juicio va a negociar en Venezuela cuando el cambio en Colombia te ofrece más dólares”.
Todo se va en alimentos
El economista y docente Alberto Castellano estima que más de 80% en promedio del ingreso de los venezolanos de cualquier estrato, principalmente los D y E, se va en compra “chucuta” de alimentos: “El incremento de procesos de arbitraje (venta de productos dolarizados en minimercados, abastos o vendedores informales, llamados bachaqueros) va a seguir mientras no se elimine el estímulo que lo genera y esto es una inadecuada política económica”.
Para revertir esta tendencia negativa, Álvarez y Castellano coinciden en la unificación cambiaria que permitiría cortar de raíz la especulación que hacen los cambistas en Cúcuta.
Castellano estima que si se eliminan los estímulos hacia el bachaqueo y se encausa la política económica hacia los sectores productivos nadie va a bachaquear.
“Es urgente reorientar la política económica hacia el sector productivo para revertir la tendencia al incremento de los mercados satélite, del acaparamiento y la especulación”.