Pastelitos salvan las tres comidas de los marabinos

A cualquier hora del día las ventas de pastelitos del sector Primero de Mayo están abarrotadas de clientes. Amas de casa, trabajadores y estudiantes esperan ansiosos para ser atendidos. Dos piezas, a lo sumo tres, más un refresco se convierten en su desayuno, almuerzo o la cena. El económico menú resuelve a quienes el salario no les alcanza para las tres comidas.
Carolina Amaya llegó a la venta de pastelitos justo a las 9:15 a. m. por su primera comida del día. Es madre de dos hijos y ama de casa. Asegura que por lo difícil de conseguir los productos para preparar sus comidas y sus altos costos “es mejor comer en la calle. Vas a gastar lo mismo e incluso más”.
En el país, los precios de los alimentos básicos aumentan a diario. El precio del arroz, la pasta y el azúcar rozan los Bs. 100.000. La carne, el pollo y los huevos pueden alcanzar o superar los Bs. 250.000.
Una familia promedio de cuatro personas necesita alrededor de Bs. 400.000 y 450.000 para resolver el almuerzo de apenas un día: pasta con carne y plátanos.
En las ventas de comida frita las piezas y las bebidas se ubican desde los Bs. 15.000 hasta los 30.000.
En la misma venta de pasteles, Carlos Becerra, mecánico, se acerca en busca de su almuerzo: tres empanadas de pollo y un refresco pequeño. “No he podido llevar comida a casa. Debo resolver con empanadas o papitas”.
La venta de “almuerzos ejecutivos” ha mermado en Maracaibo. Varios comercios cerraron sus negocios por falta de clientela y quienes permanecen abiertos ofrecen sus combos desde los Bs. 180.000 y los Bs. 250.000.
La nutricionista, Tania Gómez, explica que el alto consumo de grasas y carbohidratos sin los demás elementos que conforman una dieta balanceada pueden causar desnutrición, anemia y afectar el coeficiente intelectual. “Uno o dos pastelitos no cubren el requerimiento nutricional que el organismo necesita. La persona no tendría energía suficiente para cumplir con todas las actividades de su día”, sostiene.
Son las 3:00 p. m. y el sustento desapareció del estómago de Carlos. El hambre regresa y el cansancio empieza a agotarlo. Las empanadas no fueron suficientes. Piensa si repetir el menú para la cena, o qué alimento comprar para prepararlo en casa.