New York Post: Negociaciones de Grenell y Maduro a espaldas de Trump generan tensión en EE. UU.

Richard Grenell, enviado especial de la Casa Blanca, está causando turbulencia en el panorama diplomático de Estados Unidos, ya que estaría negociando con el gobierno de Nicolás Maduro sin el conocimiento ni la aprobación del presidente Donald Trump ni de altos funcionarios de su administración.
Según reveló este jueves el New York Post, estas gestiones, realizadas a espaldas del Departamento de Estado, generaron tensiones internas y preocupaciones sobre los posibles efectos colaterales de su iniciativa.
El reporte indica que Grenell, quien previamente intervino en el mediático caso de los hermanos Andrew y Tristan Tate, intentó replicar su estrategia en el escenario venezolano.
El mes pasado, habría mencionado de forma casual a Trump que había logrado un acuerdo con Maduro para la liberación de un estadounidense detenido, el veterano de la Fuerza Aérea Joe St. Clair.
Sin embargo, dejó deliberadamente fuera del circuito a los responsables del Departamento de Estado y a actores clave como el senador Marco Rubio, férreo opositor al chavismo.
“El Departamento de Estado fue dejado intencionalmente en la oscuridad, al igual que Rubio”, confirmó Caroline Wren, lobbysta de Tactic Global y colaboradora de Grenell en sus gestiones sobre Venezuela.
Wren sostuvo que no era responsabilidad de Grenell informar al Departamento, aunque evitó explicar por qué se optó por esa vía de discreción.
Parte del acuerdo informal incluía la posibilidad de que la administración Trump considerara extender la licencia de Chevron para importar petróleo venezolano, una idea que no contaba con respaldo oficial, pues Trump manifestó su intención de dejar que la licencia expire el 27 de mayo.
Según fuentes de alto nivel citadas por el medio neoyorquino, esta oferta sorprendió a la administración, que sostiene una línea dura frente a Maduro.
Mientras tanto, sectores de la derecha más radical, como la activista Laura Loomer y aliados cercanos a Grenell, defendieron la extensión de la licencia, argumentando que evitaría un avance de China en el mercado petrolero venezolano.
En paralelo, cuando Grenell fue consultado sobre sus posibles conversaciones con Caracas respecto a Chevron, este delegó en el excongresista Aaron Schock para promover el ángulo geopolítico del tema.
Schock, que también colabora con Grenell, asesora al empresario petrolero Harry Sargeant, cuya licencia para operar en Venezuela fue cancelada bajo las sanciones impuestas por Trump. Si bien Sargeant negó que Schock o Grenell estuvieran actuando en su nombre, la proximidad entre estos actores ha levantado sospechas en el entorno político y diplomático.
Fuentes policiales advirtieron además que el tipo de acuerdo impulsado por Grenell podría tener consecuencias peligrosas, incentivando al Gobierno venezolano, a través del grupo criminal Tren de Aragua, presuntamente bajo control de Maduro, a secuestrar a más estadounidenses para usarlos como moneda de cambio en futuras negociaciones.
El mismo día en que expiró la licencia de Chevron, el Departamento de Estado lanzó una alerta de viaje advirtiendo a los ciudadanos estadounidenses sobre los crecientes riesgos de detención arbitraria, tortura, secuestro y violencia en Venezuela.