¿Maracaibo tiene la alcancía rota?
Maracaibo no genera ingresos propios por concepto de recaudación. El Servicio Desconcentrado
de Administración Tributaria (Sedemat), con unos 55.000 contribuyentes, es hoy una alcancía rota,
marcada por el desorden y la anarquía dentro de una institución que durante el ejercicio fiscal de 2017 produjo el 83% de los ingresos del municipio.
El diagnóstico es de colapso progresivo. La brecha entre lo que deben los contribuyentes y lo que se recauda es abismal. Todavía no está reparada la plataforma tecnológica para la correcta emisión de solvencias municipales y aún así estas, cuando se elaboraran sehacen a mano y de manera poco transparente, de acuerdo con la versión de comerciantes y empresarios.
Durante la actual gestión de Jean Carlos Martínez, responsable de la Administración Tributaria Municipal, se paralizó el cobro de los servicios de gas y aseo urbano.
La acción, con todo y que, por decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en julio de 2017, la Alcaldía recibió las competencias sobre la prestación del servicio de recolección de aseo urbano y el cobro de las tarifas, genera malestar.
¿Dónde estará el contralor de Maracaibo?, ¿quién vela por los derechos del personal que vejan, acosan y maltratan por diferencias políticas?, ¿quién revisa las irregularidades que se gestan con las solvencias?
Un ejemplo de lo que ocurre guardaría relación con el impuesto urbano. Ada Rafalli, presidenta de la Comisión de Arquitectura y Urbanismo del Concejo Municipal y experta además en materia tributaria, detalla que cuando una persona va a vender un inmueble se necesita “protocolizarlo” en el Registro
y este procedimiento se traba.
“En el Registro cobran un peaje por protocolizar los documentos sin esa solvencia y con ello el municipio
está perdiendo grandes cantidades de dinero por concepto de impuesto de muebles urbanos. No se justifica que la ciudad esté en el estado de deterioro en que se encuentra, sin servicio de aseo urbano, sin alumbrado público, el transporte público pésimo”.
El alcalde Willy Casanova absorbe ingresos por otras vías, principalmente créditos adicionales de fondos del Seniat, directos de la Presidencia de la República y de la Gobernación, los cuales, según Rafalli, sobrepasarían los 880 mil millones de bolívares.
Otro pulmón en medio del caos fue la ejecución del decreto del Aporte Único de la facturación de los ingresos netos de las empresas del municipio, que entró en vigencia desde el 15 de enero hasta el 15 de marzo. Esto le generó otro 120 mil millones de bolívares al municipio. Los recursos llegaron a través de créditos adicionales, pero aún no se ven acciones contundentes frente a problemas como el gas, la basura
y el transporte.