El diario plural del Zulia

“Las dictaduras quieren que la Iglesia los bendiga”

El padre jesuita y exrector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Luis Ugalde, fue muy crítico al referirse a las conversaciones entre la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el Gobierno nacional. En su reciente visita al Zulia, aseguró que la Iglesia no volverá a caer en un diálogo que no protegió los intereses del pueblo. A juicio de Ugalde, nunca hubo voluntad por parte del Ejecutivo y la oposición no defendió los verdaderos temas a tratar: escasez y desabastecimiento, derechos humanos (DD. HH.), violación a la Constitución y la reactivación de la economía.

“El Gobierno no tenía la intención de tocar esos temas porque llegar ahí significa estar dispuesto a cambiar lo que ha estado presentando como una solución irrevocable para el país”, agregó. Para el sacerdote, el malestar del pueblo se ha convertido en una bomba de tiempo para el Gobierno, que se debe desactivar.

Rechazó que los venezolanos estén pasando hambre y viviendo en un país que se ha quedado sin medicamentos e insumos médicos. Expresó que ante una situación de violación de DD. HH. la Iglesia no se puede quedar callada.

Dice que el Gobierno ha bloqueado todas las salidas democráticas. ¿Cómo se puede salir entonces de este túnel? —No, lo que no logra y no va a poder bloquear el Gobierno es el malestar de la gente. Es la única puerta que no ha podido controlar, eso sigue subiendo y va a estar peor. Es una bomba de tiempo que tienen y no les queda mas remedio que desactivar esa bomba. Esa es la mayor esperanza, pero ese malestar de la gente hay que articularlo. Aquí se dice que hace falta movilización, pero no hay que lograr concentraciones populares necesariamente multitudinarias. Hay que lograr la articulación de todos aquellos que están sufriendo y ayudar a que vean una salida.

—¿Por qué usted cree que el Gobierno arremete contra la Iglesia a cada momento? —Porque la Iglesia en las dictaduras es crítica y las dictaduras quieren que la Iglesia los bendiga, y no se puede bendecir aquello que es inhumano y que está matando a la gente. Por eso, mantenemos una posición crítica y el Gobierno se dedica a decir que la Iglesia no tiene autoridad, porque se desvirtuó y se ha convertido en un partido político, cuando nuestra posición es en defensa de los venezolanos.

—¿Cómo ve usted a la Mesa de la Unidad Democrática? —La MUD en primer lugar no ve que la gente tiene impaciencia, quieren que le ofrezcan una solución y ellos no ofrecen soluciones porque no las tienen. La vía que tenía era la Asamblea Nacional y el Gobierno arbitrariamente y anticonstitucionalmente la eliminó. Ellos creían que el Ejecutivo iba a respetar la Constitución y que iban a tener la Asamblea, pero no la tienen. Entonces, el problema es que no miden la gravedad de la situación y lo peligroso que es para ellos que la población sienta que están peleando a ver quién va primero y quien será el ultimo. Esa rivalidad es nociva dentro de los partidos cuando necesitamos que todos estén juntos.

—El Gobierno asegura que estamos saliendo poco a poco de la crisis. ¿El malestar colectivo va en ascenso o ha disminuido? —Va en ascenso. Quieren tapar el sol con un dedo, mientras el malestar del pueblo sigue aumentando con el hambre y la falta de medicamentos que se está enfrentando. Esa es la realidad.

—En una oportunidad, Hugo Chávez calificó a la Iglesia de “tumor”, si tendría que responderle en este momento, ¿qué le diría? —La Iglesia se dedica a defender los principios fundamentales y nuestra Iglesia está en esa tónica y no se va a echar para atrás. Usted no ha visto a ningún obispo viendo cómo se contenta al Gobierno. La Iglesia no busca ni debe desear un pleito con el Gobierno, ni con este ni con ninguno, pero tampoco se le puede pedir que bendiga lo que no es bendecible.

—Se tienen denuncias de que el Gobierno está fomentando la ideologización y adoctrinamiento en las escuelas públicas. ¿Qué recomienda la Iglesia ante esto? —La Iglesia está totalmente en desacuerdo, introdujeron el texto único, los libros gratuitos, esas son las ideas de una dictadura, un texto único, pero ante la adoctrinación la misma población intuye que hay elementos que no son aceptables.

—¿La Iglesia fracasó en sus gestiones de diálogo o la hizo fracasar el Gobierno? —Nunca hubo voluntad del diálogo. La Iglesia no se inventó el diálogo. Fue invitada por allá en mayo por la oposición y respondió: ‘Nosotros no podemos ayudar como facilitadores sino lo piden las dos partes’. El Gobierno, cuando se produjo mucha movilización, dijo que podía jugar al diálogo poniendo ellos el escenario: que entraran los periodistas y medios que ellos decidieron. Entró el Presidente que no debía entrar y apostaron a la imagen del diálogo, a la impresión. Por parte de la oposición hubo demasiada improvisación, hasta que se dieron cuenta que cayeron en un juego y la Iglesia dijo: ‘Yo no vuelvo así’. La Iglesia está muy clara de que no volverá a la continuación del diálogo, aparte de que ese diálogo tenía a los tres mediadores como parte del Gobierno sin previa consulta con la oposición, es decir: ‘Yo pongo los tres de mi simpatía tú no pones ninguno. El diálogo no se ha estrenado ni la negociación para decir si salen los presos o si dan fecha de las elecciones. Eso no se va a dar por muchas vueltas que estén dando, mientras tanto, el Gobierno está tratando de decir que sigue vivo.

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