Gamestop, una locura en enero con poco recorrido bursátil

El pasado mes de enero saltó a la palestra en muchos medios de comunicación especializados en información financiera el curioso caso de las acciones de la cadena de tiendas de vídeo juegos estadounidense Gamestop. Lo evidente es que sus acciones cotizaban a mediados del mes de enero por debajo de los 20 dólares y que a finales de ese mismo mes marcaron un máximo en los 347 dólares. Eso hizo que su revalorización en 2021 superara el 250%.
Y no tenía sentido porque el mercado de Gamestop estaba de capa caída. Nadie quería invertir en acciones de esta empresa porque ha ido perdiendo negocio a lo largo de los últimos años, una situación que se ha acentuado con motivo de los confinamientos sanitarios que ha provocado la pandemia por la Covid-19. Los jugadores se decantaban por comprar los juegos por Internet o por jugar directamente online, lo que estaba hundiendo la cotización de Gamestop.
Sin embargo, en el mercado había otro motivo que explicaba la tendencia negativa de sus acciones. Algunos grandes jugadores estaban apostando contra la compañía en lo que se denomina tomar posiciones en corto para ganar cuando las acciones bajaban. Como los fundamentales no apoyaban a Gamestop, algunos inversores institucionales se dedicaron a hundir a la compañía para enriquecerse con ella.
Para hacerlo, los fondos alquilan acciones para venderlas y volver a comprarlas después a menor precio y devolverlas a su propietario. Como provoca la caída, las acciones que compra para devolvérselas a su verdadero dueño valen menos que las que vendió prestadas y ahí está su beneficio.
Pese a todo, no son operaciones para minoristas
Los inversores minoristas no pueden jugar en este mercado ni realizar este tipo de operaciones. Algunos brókers si permiten el préstamo de acciones, pero no suelen realizarlo demasiado porque da mala imagen. Esta forma de invertir en acciones está fuera del alcance de los inversores minoristas, que suelen manejar inversiones pequeñas mediante brókers de confianza que no hacen este tipo de operativas.
Sin embargo, en este caso los inversores con intereses en Gamestop se reunieron en un foro de Reddit (WallStreetBets) y decidieron que podían hacer dinero si se unían contra los enemigos de Gamestop. Su idea fue comprar acciones cuando estaban baratas y estropear el beneficio de quienes querían hacerla caer más. En realidad, era luchar contra quienes apostaban contra Gamestop y lucrarse con las maniobras bajistas que estaban ejecutando.
Así, al entrar dinero en la compañía, las acciones no solo no bajaban, sino que subían, lo que obligó a los fondos bajistas a recomprar las acciones que habían vendido baratas al precio de mercado, lo que les supuso una pérdida. Como los minoristas siguieron empujando al alza, los fondos tuvieron que comprar acciones más caras de lo que las habían vendido, lo que disparó la cotización de Gamestop a unos niveles disparatados.
Más allá de la anécdota de que un grupo de inversores minoristas haya doblado la muñeca de un gran inversor institucional y le hayan hecho perder dinero hay un trasfondo mucho más importante. Cuesta creer que un grupo de inversores se haya puesto a remar en favor de una empresa pequeña y con malas perspectiva para ayudarla. De hecho, alguno ganó dinero con la operación. La cuestión es que Gamestop sigue siendo una empresa en pérdidas con un negocio que ya no funciona. Cuando este ruido pase, volverán a su precio lógico porque la empresa vale lo que vale.
Invertir en acciones con un bróker de confianza es mucho más sencillo y no hace falta agruparse en un foro en redes sociales. Gamestop es un ejemplo de lo peligroso que puede ser un mercado y de lo importante que es saber cómo funciona.