Fin de subsidios devolverá productos a los anaqueles
El desabastecimiento en Venezuela parece una pesadilla de la que el ciudadano común anhela despertar, pero de la que sigue sin lograr escapar. Pese a ello, el pasado 13 de julio el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz le abrió la puerta a la esperanza de que los productos básicos puedan volver a los anaqueles, cuando anunció el pasado 13 de julio que se eliminaría el subsidio indirecto en los artículos de primera necesidad, es decir, la abolición de los precios regulados.
“Un error de nosotros ha sido el subsidio indirecto, porque los productos los subsidiamos, pero después esos productos muchas veces no les llegan a quien necesita ese subsidio, porque se aprovecha el subsidio del Gobierno para los más pobres para traficar y ganar más. Nosotros queremos ir sustituyendo el subsidio indirecto, por un subsidio directo”, reconoció públicamente.
Alberto Castellanos, profesor de macroeconomía de La Universidad del Zulia, (LUZ), considera que el Gobierno Nacional debe establecer los nuevos precios de los productos básicos tras evaluar y respetar la estructura de costos de los productores, porque uno de los causantes de la inflación es la distorsión que se ha dado al mantenerlos congelados.
“Si se cumple este paso, lo que viene posteriormente es un aumento en los niveles de producción, porque el productor cubriría su necesidad de costo y a la vez podría tener un beneficio. En esa medida se puede estimular la oferta, que fue destruida por tantos años mediante el subsidio”, explica el catedrático.
El impacto de los precios
Los profesores Alberto Castellamos y Adolfo Pérez, también de la Escuela de Economía de LUZ anticipan que una vez que se establezcan precios reales para los artículos de primera necesidad, va a haber un disparo de la inflación oficial pero posteriormente se va a poder controlar, y va a haber un nivel de precios más alto, pero no volatilidad en los precios (inflación), que es lo que pasa en Venezuela.
Sin embargo, autoridades gubernamentales como el ministro de Industrias Básicas, Juan Arias, han manifestado que ese ajuste de los precios de los productos básicos se hará de manera gradual y por sectores de la economía para, luego, ejecutar una política orientada hacia los subsidios directos.
Este argumento es respaldado por el especialista en economía, César Prieto, quien argumenta que el referido incremento “no vendría solo; otros instrumentos de política comercial, industrial, monetaria, productiva, de distribución, seguimiento y control tendrían que acompañarlo, así como un incremento de sueldos y salarios generalizados”.
Fin del bachaqueo
Prieto y Pérez sostienen que una vez se liberen los precios y aumente la producción poco a poco los anaqueles se llenarán y progresivamente el contrabando y reventa de artículos básicos se volvería una práctica inútil. “La regla es muy sencilla; lo difícil de hallar es mucho más caro, y una vez aumente la producción no habrán precios exorbitantes”, indicó el economista Adolfo pérez.
Mientras que el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, explica que los ‘bachaqueros’ son la consecuencia de un modelo económico “primitivo”, que solo podrá ser eliminado al abrir el mercado.
Los empresarios opinan
Gilberto Gudiño, presidente de la Unión de Comerciantes del Estado Zulia (UCEZ), argumenta que hay que tener muy claro que además de acabar con el precio regulado, hay que desmontar el control de cambio “porque ¿cómo adquiere el señor del campo, el industrial o el empresario, las materias primas y los insumos necesarios para iniciar el ciclo productivo, si tenemos una ley que dice que si entre privados se venden un dólar eso es ilegal?”, explicó.
“No nos interesa un solo dólar del Gobierno, sino que podamos comprar dólares entre privados y que toda la mercancía que compremos entre privados pueda llegar de forma legal, porque si el Estado no tiene dólares cómo vamos a pretender que nos abastezca de divisas”.
Para el Presidente de la UCEZ, una vez se respeten las estructuras de costos de los productores los precios de rubros de primera necesidad podrán costar hasta la mitad de lo que en la actualidad puede valer un producto importado. Citó el caso de la harina de maíz precocida colombiana que ronda los mil 300 Bolívares y que el costo nacional sería en promedio de unos Bs. 700.