Expertos ven un “IVA disfrazado” en nuevo impuesto a pagos con dólares
El nuevo impuesto a transacciones que involucren pagos con divisas en Venezuela, de entre 2,5 y 20 %, genera incertidumbre a la gente y “riesgo operacional” a los comerciantes, además de enmascarar un aumento al Impuesto al Valor Agregado (IVA), según expertos.
El gravamen entró en vigor este lunes. El Parlamento, de mayoría chavista, aprobó en febrero una reforma a la ley de impuestos a grandes transacciones financieras y estableció pechar a los pagos con divisas y criptomonedas con un porcentaje adicional al 16% del monto total del IVA que ya se aplicaba en Venezuela, reseñó la Voz de América.
La bancada que apoya al presidente Nicolás Maduro defiende ese impuesto como una manera de que el Estado reciba dólares, euros y divisas de “los ricos y los grandes comerciantes” del país, han reiterado voceros del oficialismo.
Su puesta en marcha esta semana generó dudas, como qué ocurre si un cliente paga tanto con bolívares como con dólares o quién es considerado como un contribuyente especial, obligado a cobrar ese impuesto, según esa normativa.
Leonardo Buniak, economista y experto en el sector bancario venezolano, explica a la Voz de América que el cobro del impuesto se materializa sin que la mayoría de los comercios y empresas de servicio estén preparadas para él.
“Las máquinas fiscales para hacer la facturación, la contabilidad y todo lo administrativo (en las compañías) no están listas”, advierte. Según Buniak, el impuesto genera “un problema serio de riesgo operacional” que, al final de cuentas, se traducirá en “costosísimas multas” a los empresarios.
El Gobierno desoyó los llamados de dirigentes del gremio privado, como el bancario y el comercio, para que se postergara la entrada en vigor del impuesto a pagos con divisas y criptomonedas en todo el país.
Esa decisión tributaria ha generado “mucho malestar en la población”, según Buniak. Cerca de 70 % de las transacciones comerciales en Venezuela se realizan con divisas, tanto en efectivo como por transferencia, según firmas económicas.
“La gente evita pagar en moneda extranjera, profundizando el mercado negro en dólares y con un sector privado yendo hacia una suerte de informalidad”, apunta el especialista, que observa un aumento “disfrazado” del IVA.
“No es un impuesto para las transacciones financieras, exoneradas tanto en los depósitos como en los retiros de moneda extranjera en los bancos, sino es un impuesto al valor agregado en las transacciones. Es un IVA disfrazado”, dice.
Confusión sin sentido
Una nota de prensa del ministerio de Economía, Finanzas y Comercio Exterior explicó que el impuesto máximo de 20 % se calcula a quienes dejan de pagar 16 % del IVA, 3 % del impuesto a grandes transacciones y montos de patentes, mediante el uso de pasarelas de pagos o monederos digitales, sin facturas.
Según Orlando Camacho, diputado y primer vicepresidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, la nueva norma “arrancó con el 3 %”.
Hubo comercios que prohibieron momentáneamente a sus clientes pagar por sus bienes y productos con dólares u otras monedas extranjeras. Otros mostraron “desconocimiento” mientras reina la desinformación en cuanto al tema, describe el analista financiero y director de Econométrica, Henkel García.
“Hay muchos que no saben cómo cobrarlo. También, hay algunos con iniciativas para evadir el impuesto”, menciona García en conversación con la VOA.
Considera que el nuevo impuesto se suma a la lista de medidas económicas del gobierno venezolano que, en los últimos años, han causado confusión a la gente.
El poder ejecutivo nacional concretó el año pasado su tercera reconversión monetaria al restarle seis ceros al valor nominal del bolívar. Este año, economistas y el mismo gobierno confirmaron que Venezuela salió de un ciclo hiperinflacionario que se prolongó por cuatro años, un récord en Suramérica.
García opina que el impacto del nuevo tributo ha sido limitado y valora que su efecto real se evidenciará en las próximas semanas, en cambio.
A su juicio, la medida “no tiene mucho sentido” y solo busca coaccionar al venezolano para que prefiera usar el bolívar en vez de divisas. “Va en detrimento de la gente”, afirma, acotando que una manera “sana y transparente” de generar una mayor recaudación tributaria hubiese sido aumentar la tasa del IVA.
“Era menos engorroso. Esta medida está muy llena de ruido”, indica García.
Buniak, por su parte, estima que la aplicación del impuesto es “negativa”. Para él, el gobierno de Nicolás Maduro debe buscar un consenso con sectores privados, como la principal organización empresarial del país, Fedecámaras.
Así, cree, un nuevo impuesto concertado puede ser viable en la medida en que se evalúen sus consecuencias y las capacidades de pagos de la población general.
Buniak opina que un acuerdo con el gobierno nacional evitaría cualquier efecto “regresivo” sobre lo que llama “un proceso de recuperación económica”.
Esta semana, la Asociación Venezolana de Derecho Tributario (AVDT) criticó la reforma a la ley de gravámenes al tacharla como “inoportuna e impertinente”.
“Se van a gravar a las personas más necesitadas y de menos recursos cuando realicen un pago efectivo en divisas, indistintamente del monto, a cualquier sujeto pasivo especial, lo cual constituye un contrasentido”, dijo la organización.